Categorías



Otra carta ficticia de amor

Colores2A veces uno es testigo accidental de historias personales cuyo final ignora. Me gusta rebuscar en los montones de papeles llenos de polvo que algunas veces encuentro en librerías de viejo, almacenes o trasteros de tiendas antiguas de pueblo. Es como jugar a la ruleta: apuesto a un número sin saber si me tocará el premio. Cuando toca, encuentro joyas como esta de una mujer que le escribió una carta a un hombre. Está sin firmar, por lo cual ignoro su nombre. Y siempre me asaltan esas mismas preguntas: ¿quién será?, ¿qué fue de ella?, qué habrá sido de ellos?

Y llegó el día, Salvador, que quizás hubieras deseado que jamás llegara, ese día en que te escribo una carta como tantas otras que he escrito en mi vida sin éxito alguno. La notable diferencia con esta respecto de las anteriores es que te llega desnuda de florituras retóricas y palabras rebuscadas de una mujer aspirante a escritora. La pretendo sencilla, como me gustaría que fuera mi relación contigo: sencilla. La sencillez no está exenta de profundidad. Y no hay nada más sencillo que remontarme al día en que te conocí, porque las palabras que le dije a Emilio cuando subíamos por la calle de La Nada, hace ya cinco años, lo dicen todo de un modo muy sencillo: «¡Mira que hombre más guapo! Me gusta. Voy a decirle algo». Allí estabas tú, con unos puntos en la barbilla — porque te habías caído de la motocicleta— liándote un pitillo. Luego resultó que eras artista y que aparte de guapo eras inteligente y talentoso. El tiempo pasó y a cada uno de nosotros nos llevó por senderos sentimentales distintos hasta hoy.

Hay muchas cosas de ti que ignoro como tantas otras habrá de mí que tú ignoras. Pero hay varias cosas que sí tengo claras. La primera es que contigo me encantaría conjugar el verbo ‘descubrir’ en todos sus tiempos. Ciertamente, no conozco ese lado oscuro del que en alguna ocasión me has hablado, pero no me asusta, porque allí donde hay oscuridad, siempre hay un modo de encender la luz —y si hace falta, se hace un buen cableado para que llegue la corriente eléctrica o me pongo a fabricar cirios y encender mechas. Es verdad que también hay cosas de tu arte que no comprendo, pero precisamente eso despierta mi curiosidad, porque si lo que haces te apasiona tanto, me gustaría descubrir el motivo… Otra de las cosas que tengo claras es que tu situación personal actualmente es buena —¡vamos, que estás en racha!— y eso hace que, probablemente, lo que más te apetezca sea estar solo y disfrutar de tu vida sin una mujer al lado que te desestabilice. ¡Muy comprensible! Por mi parte, ahora yo estoy en una situación muy poco favorable, pero tengo claro que si hay un hombre con quien me apetecería tener una relación de pareja ese hombre eres tú. Primero, porque eres «normal»… bueno, vale, siendo artista muy normal no eres, pero me refiero a que, dado mi currículo sentimental (con unos cuantos «locos» en mi haber), no eres un desequilibrado mental (léase con un sonrisa, porque si no, te aseguro que no tiene ni puñetera gracia); segundo, porque te admiro; tercero, porque me inspiras amor. Podría seguir enumerando razones…

Por otro lado, sé que quizás tengamos un concepto de familia distinto porque, como me has dicho varias veces, la «familia» ha sido un foco de conflicto para ti. En mi caso, todo lo contrario: he tenido esa suerte. Sin embargo, comprendo que esa palabra te dé repelús… Ahora viene la frase que, probablemente, te haga poner pies en polvorosa —¡pies pa qué os quiero!: me encantaría que fueras mi familia, me refiero a ese sentimiento de hogar, de ese lugar que compartes con alguien a quien no temes enseñar tus «mierdecillas», con quien puedes sentirte vulnerable y saber que no te falla aún siendo falible.

…Acabo de releer lo escrito y me he dado cuenta de que se parece poco a lo que tenía ideado en un principio, pero como así me ha salido, así se queda. Si es un «churro», Salvador, tómatelo con chocolate para que sea más dulce al menos. Paro aquí, como ves, abruptamente…

Michael Thallium

Global & Greatness Coach
Reserva tu proceso de coaching aquí

También puedes encontrarme y conectar conmigo en:

Facebook Michael Thallium y Twitter Michael Thallium

Leave a Reply

 

 

 

You can use these HTML tags

<a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>