(texto escrito por Jesús Iglesias, colaborador, químico e inversor en bolsa)
En una de mis sesiones de entrenamiento pensé que podía compartir unas ideas sobre cómo empezar a hacer un poco de deporte.
Lo más sencillo y económico es salir a correr, hacer footing, jogging o como lo queramos llamar. Hay que tener muy claro que debemos empezar en una época en la que estemos seguros de que podemos continuar la actividad en el tiempo, por ejemplo, si dentro de 10 días te vas a ir de vacaciones y no piensas hacer nada de deporte durante ellas, pues lo mejor es esperar al regreso de las vacaciones para planificar el entrenamiento. O si en los próximos 5 días se pronostica que va a llover o nevar con bastante seguridad, y para ti es un impedimento, espera a que eso pase para comenzar.
Sólo es necesario ropa adecuada para la época del año en la que estés y unas buenas zapatillas. Las zapatillas es el elemento más caro en el que se debe invertir −sin tirar la casa por la ventana, porque no somos profesionales.
Cuando comiences debes tener la seguridad de que podrás continuar la actividad al menos durante los siguientes 3 meses. En ese tiempo sería ideal que tengas pocos compromisos para poder dedicar una hora y media al día entre llegar al lugar de entrenamiento, realizarlo y regresar a tu casa de nuevo. Consejos sobre entrenamiento los puedes conseguir en multitud de revistas o libros.
Esta actividad es gratis puesto que solo necesitas acudir a un parque público en el que podrás comenzar a ganar resistencia y aumentar el tiempo de entrenamiento. Si siempre haces el mismo recorrido, podrás tener referencias para conocer tu evolución.
Hablaba de un trimestre por delante para entrenar si lo vas a hacer 3 días a la semana, aunque el primer mes lo ideal es hacerlo 4 veces a la semana. Así observarás tu evolución rápidamente lo que te permitirá aumentar tu motivación “por hacerlo bien”.
Samuel Jiménez, fisioterapeuta de la Clínica Téxum, recomienda realizar carrera continúa sobre césped o caminos de tierra, mejor que en una pista de atletismo puesto que esta última “ayuda” a correr más rápido y, si no estás en buena forma física, puede ser perjudicial para ciertas articulaciones como la rodilla.
¿Es necesario tener fuerza de voluntad? Yo creo que no. Me explico. Si haces uso de la fuerza de voluntad es porque realmente no quieres hacer deporte; si no tienes un objetivo, el esfuerzo para continuar haciéndolo será tremendo.
Por lo tanto os animo a tener un objetivo en mente y ponerse a correr. Aguanta aunque te duelan las piernas, te dé flato o lo que sea. Eso se pasa y el beneficio que vas a obtener será fantástico, tanto físico como mental. Este es el esfuerzo que hay que hacer, únicamente este, aguantar en los inicios de las sesiones.
El objetivo póntelo tú. Adelgazar 5 kilos en un tiempo determinado, poder terminar la carrera popular de tal fecha, desestresarte, hacerlo para dormir mejor, etc. Contéstate a la pregunta ¿Para qué quiero hacer deporte?
Comparte esto con quien quieras y, quién sabe, igual te sale un compañero de aventuras. Juntos, se os hará más ameno. Pero recuerda, comprométete para alcanzar tus objetivos.
No tengo palabras, sino emociones. Hoy, enredando por la Red, descubrí la historia de Rachel Flowers (si lo españolizamos, el nombre sería “Raquel Flores”).
Todo empezó hace unas semanas cuando terminé de leer “Musicofilia”, el magnífico libro de Oliver Sacks. Comencé a indagar sobre los “savant” y todas esas historias de enfermedades mentales y síndromes que parecen apaciguarse con la música.
Viendo un video sobre un niño “savant” Rex Lewis-Clack, descubrí a Rachel. Y hoy he tomado una determinación: rendir homenaje a Rex, Rachel y a todas esas personas en el mundo que son un ejemplo de superación personal e inspiración para decir: “sí, puedo”.
Mi forma de hacer coaching hoy está inspirada por esta joven “supertalentosa” y a quien espero conocer algún día en persona y comunicarme con ella con el lenguaje de la música. Mi corazón se llena con las flores musicales de Raquel.
Rachel Flowers interpretando “Tarkus”, una compleja obra de Emerson, Lake & Palmer (ELP):
Richard Strauss compuso sus cuatro últimas canciones a la edad de 84 años. Para ello recurrió a los poemas de su amigo Herman Hesse. Con esta deliciosa última canción que Richard Strauss compuso en septiembre de 1948, un año antes de morir, te deseo un dichoso mes de septiembre. El verano se acaba… pero los sueños, los proyectos y la vida siguen. ¿Cómo vas a vivirlos?
Septiembre
El jardín está triste,
la fría lluvia pesa sobre las flores.
El verano tiembla
dulcemente hacia su fin.
Doradas, gota a gota, caen las hojas
de lo alto de la acacia.
El verano sonríe, sorprendido y cansado,
entre el sueño de los jardines que se mueren.
Largamente, entre las rosas
se detiene todavía, desea el reposo.
Lentamente cierra
sus ya cansados ojos.
Hace tres meses escribí sobre la Fundación Playing for Change y su magnífica iniciativa de cambiar el mundo mediante la música. Hoy vuelvo a recordar la canción con que descubrí este movimiento de músicos de la calle alrededor del mundo. Es una versión de la famosa canción “Stand by me”, aunque la letra es distinta a la orginal:
“No importa quien seas,
no importa donde vayas en tu vida,
necesitarás alguien a tu lado…”
A mí, cada vez que escucho esta canción, me da un subidón de energía que deseo transmitirte a ti que lees esto para que, sea cuando sea que leas esto, tu energía se dispare y se dibuje una sonrisa en tu rostro. ¡Yo estoy contigo!
“Nunca diré nada que no pueda quedar como lo último que dije, lo prometo.” Si quieres comprender esta frase, pon atención al siguiente video de Benjamin Zander en el que habla de la música, la pasión y del brillo en los ojos. Al final, comprenderás que el éxito no es el dinero, ni la fama ni el poder, sino el número de ojos que brillan en las personas que te rodean.
¿Quién estás siendo para que no brillen los ojos de quienes te rodean? ¿Quien eres en el mundo para que brillen los ojos de los demás? Deja tu comentario si lo deseas. ¡Será bienvenido y yo te estaré muy agradecido!
Clicar en “View Subtitles” y seleccionar “Spanish” para ver los subtítulos en español.
Tengo unos muy buenos amigos escoceses a quienes considero una segunda familia y, quizás por eso, mi atención tiende a enfocarse allí donde aparece alguna palabra que tenga que ver con Escocia. Si a esto añadimos que uno de los asuntos que más me ocupa es el de la escucha empática y que una de mis pasiones es la música, es facil entender por qué terminé viendo y escuchando el siguiente video de una percusionista escocesa llamada Evelyn Glennie que enseña como la escucha es “corporal” no solo por medio de los oídos.
Esta interesante ponencia proviene de TED.com y ayudará a entender un poco mejor la escucha, no solo musical, sino esa escucha que nos hace comprender mejor al otro. Nota: Evelyn Glennie es sorda.
Y tú, ¿sabes escuchar a los demás? ¿Sientes que los demás te escuchan? Deja tu comentario.
La conferencia está en inglés. Para activar los subtítulos en español hay que clicar en “View Subtitles” y seleccionar “Spanish”.
Hace unos días releí “Nunca lleves la cuenta”, el segundo capítulo del magnífico libro de Keith Ferrazzi y Tahl Raz Nunca comas solo. En él se habla de la generosidad y de que tenemos que hacer algo más que aceptarla. A menudo hay que ir y pedirla. Las relaciones son la expresión de quiénes somos y de qué tenemos que ofrecer. El caso es que la palabra generosidad activó mi inveterada manía de buscar en el cenobio verbal, es decir, el diccionario, la etimología de esa palabra… y de todas las que vinieron después.
Mencionar el diccionario actualmente significa indagar en la Red. Así que buscando en Google el término generosidad, di con un resumen de una tesis doctoral de la Universidad de Navarra, de un tal José Francisco Nolla, que trata de la virtud de la generosidad en la filosofía de Tomás de Aquino. Fue así como descubrí que la liberalidad consiste en distribuir los bienes generosamente sin esperar recompensa. Liberalidad tiene que ver con liberal, libertad, libre, libro… Curiosamente, largueza tiene ese mismo significado. Así que ser largo o larguero, también significa ser generoso en lo material.
Efectivamente, la diferencia entre la generosidad y la liberalidad es parecida a la que existe entre el ser y el tener. Uno es generoso en el ser anteponiendo el decoro –¡qué palabra tan bella y desusada para designar el respeto que se debe a una persona por su nacimiento o dignidad!- a la utilidad y el interés. Uno es liberal, largo o larguero en el tener al compartir con los demás los bienes materiales.
Generosidad está relacionada además con generosía, esa nobleza heredada de nuestros mayores. Por eso, tal vez también consideremos que alguien es noble cuando es preclaro, ilustre o generoso. Generosidad también me evoca al genio de la lámpara maravillosa que -deduzco quizás sin fundamento- está emparentado con Genetlios, aquel genio de los antiguos griegos que presidía el nacimiento de los humanos y velaba por su suerte… Probablemente de ahí nos venga esa genetlíaca manía nuestra de querer adivinar la buena o mala fortuna según la fecha de nacimiento sin ser conscientes de que somos lo que elegimos.
En definitiva, que como seres humanos debiéramos guardarnos el decoro unos a otros y escribir libre y largamente el libro de la vida con liberalidad o largueza, es decir, con generosidad y sin llevar la cuenta de las dádivas que uno da o recibe.
¿Eres liberal? ¿Qué opinas de la generosidad? Sé generoso y deja tu comentario. No te importe la largueza…
Jeff Bezos, fundador de Amazon.com, dio un discurso en la Universidad de Princeton en el que habló de lo importante que es “elegir” en contraposición con ejercitar nuestros talentos.
Mañana, hoy mismo incluso, ¿cómo vas a utilizar tus dones?, ¿qué decisiones vas a tomar?, ¿te vas a dejar llevar por la inercia o vas a vivir tus pasiones?, ¿serás convencional u original?, ¿vivirás cómodamente o vivirás aventuras al servicio de los demás?, ¿te achantarás en cuanto te critiquen o confiarás en tus convicciones?, ¿pedirás disculpas cuando te equivoques?, ¿te frenarás ante el rechazo o actuarás cuando te enamores?, ¿perseverarás?…