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El autor en su voz: Cuento breve de la montaña perdida

(Escrito en noviembre de 1999)

Michael Thallium 3No importa dónde ocurrió ni si realmente ocurrió. Dicen que en una montaña, allá en lo alto. La llaman la montaña perdida porque nunca nadie la vio. Y si alguien la vio, no regresó para contarlo, sino para callarlo. Era la montaña de las cosas breves: de breves estancias, de breves deseos. Breve como la vida. Breve como el beso eterno.

Cuentan que a aquella montaña subió una joven. Una joven de pelo largo y endrino, de ojos verdes como olivas; su piel blanca como nube aterciopelada en medio de la luz celeste. Andaba lenta, quizás cansada, posiblemente cavilosa, seguramente triste. Ansiaba llegar a la cima, saberse sola para llorar. En el camino, tropezó con las ruinas de un castillo en otro tiempo seguramente habitado por marqueses, por duques o condes, por personas de otras épocas. De aquellas personas, de aquel lujo suntuoso, no quedaba más que una torre almenada resquebrajada por el paso del tiempo. Las más de las piedras que un día conformaron el castillo se amontonaban desordenadas al pie de aquella torre de mejores tiempos testigo; las demás se dispersaban pendiente abajo, como señales de un imperio caído. La joven del pelo endrino y los ojos de oliva se preguntó si ella habría habitado en otra vida aquel castillo. Pero no se detuvo a buscar una respuesta entre las ruinas: prosiguió su camino hasta llegar casi al cielo.

Una vez en la cima, miró y vio los pueblos pequeños, el río como una serpiente de agua, el horizonte lejano y todo más pequeño que cuando se está abajo. Entonces, se sentó en la peña y lloró desconsolada. De sus ojos de oliva brotaban lágrimas de aceite que caían de las mejillas al suelo de roca formando delicados hilos de desazón, de amor, de tristeza. Gritó al viento que le robara las palabras, que se llevara su voz, que se llevara sus besos, para no amar más, para no llorar, para no vivir. Pero el viento, juguetón y antojadizo, libre, no hizo caso, pues él sólo se lleva las palabras de las que se encapricha. Aquella joven del pelo largo y endrino, lloró aún más. Y así estuvo durante horas hasta que se puso el sol y las estrellas salieron como blancas mariposas. Entonces se dio cuenta de que se le había hecho tarde. La luna enjugó sus lágrimas; se levantó y comenzó a bajar por la montaña. Sin embargo, no había dado apenas veinte pasos cuando decidió mirar atrás una última vez. Grande fue su sorpresa, porque vio que no estaba sola. Justo en el sitio en que ella había derramado aceites de amor, se sentaba una vieja de pelo color de plata y largo como el tiempo milenario. La anciana dijo:

—Zoe, porque tu nombre es Zoe, ¿verdad? Ven aquí y siéntate a mi lado.

La joven de la piel blanca como nube obedeció sorprendida aún más de que aquella mujer supiera su nombre.

—¿Me llamas por mi nombre y no me conoces? ¿Tú quién eres?

—Ay, hijita, no quieras saber más de lo que no puedes entender —respondió la anciana dulcemente—. Dime, pues, ¿por qué has llorado tantas lágrimas? ¿Qué te aflige, jovencita?

—¿Qué me aflige? Que la persona que amo no me ama —contestó mientras que de sus ojos de oliva brotaban sendas lágrimas.

—¿Cómo es eso y cómo sabes que no te ama a quien tú amas?

—Mire, señora del pelo de plata, yo amé a un joven, le di a beber amor de mis labios y yo bebí de los suyos. Me regaló sus caricias… Me regaló una flor. Me dijo que me quería. Pero un día, me negó sus labios y se los dio a la joven a quien él amaba.

—Dices que amaste a un joven, ¿es que ya no lo amas?

—Sí… pero no puedo amarlo. Él es feliz amando a quien ama. La flor que me regaló está marchita. Me ha olvidado.

—Zoe, Zoe, Zoe —intervino la anciana con ternura y compasión —. Si lo has amado, él lo sabe. No llores. Y da gracias al viento por no haberse llevado tus palabras ni tu voz; a la flor, por no haber perdido sus pétalos. Sigue tu camino, y encontrarás lo que buscas. Quien te ha amado, te amará siempre. La vida es breve como un beso. Las personas no tienen dueño, son versos libres. No dejes que las lágrimas decoloren el verde de tus ojos, tú hermosa niña del cabello negro. Que no se marchite tu hermosura, porque eres hermosa.

Zoe acercó la mano al rostro de la mujer y sintió su piel suave como una caricia de nube. La miró de cerca y vio que era ciega.

—Sabes que mis ojos son verdes y que mi pelo es negro y, sin embargo, tus ojos no ven, ¿cómo puedes saberlo? —titubeó con asombro.

—Porque veo con el corazón, igual que tú; lo que pasa es que eres demasiado joven y no te das cuenta de ello.

Nadie supo más de aquella joven que respondía al nombre de Zoe. Algunas personas cuentan que la anciana, en realidad, era el espíritu de las almas enamoradas y que, aún hoy, se aparece en forma de perro… y, tal como viene, se va. Otras cuentan que el viento en la montaña sopla en las frentes para alegrar los amores perdidos de las gentes con besos de oliva y endrino…

Michael Thallium

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13 días

Don’t stop, keep going! (¡No pares, continúa!). Frente a los resultados no esperados hay que sobreponerse y continuar. Así que continuo con mi experimento de entrenamiento integral para mejorar mi forma física (lo cual conlleva una disminución de peso), potenciar la escucha empática y ser una persona más sonriente (lo cual conlleva tener relaciones personales “auténticas”). Mi objetivo es bajar de 74,4 kg a 72,4 kg en 13 días, mejorar mi tono de voz y tener un semblante más sonriente (y eso lo voy a medir por la reacción de las personas que me rodean: si mi presencia les hace sonreír, algo estaré haciendo bien).

Michael Thallium 3

Día 1

  • Nutrición: espirulina (5 gramos) con zumo de pomelo en ayunas; compuesto de sirope de salvia con jugo de limón, cayena y agua mineral (mínimo 1,5 litros durante el día); infusiones.
  • Ejercicio físico mínimo: mínimo 30 minutos de ejercicios de contrología; mínimo 30 minutos de ejercicio aeróbico (carrera, elíptica o bicicleta);
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada del cuarteto de cuerda n.º 13 en si bemol mayor, opus 130, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa.

Día 2

  • Nutrición: espirulina (5 gramos) con zumo de pomelo en ayunas; compuesto de sirope de salvia con jugo de limón, cayena y agua mineral (mínimo 1,5 litros durante el día); infusiones.
  • Ejercicio físico mínimo: 30 minutos de ejercicios de contrología; 60 minutos de ejercicio aeróbico (carrera, elíptica o bicicleta);
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada del cuarteto de cuerda n.º 13 en si bemol mayor, opus 130, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa.

Día 3

  • Nutrición: espirulina (5 gramos) con zumo de pomelo en ayunas; compuesto de sirope de salvia con jugo de limón, cayena y agua mineral (mínimo 1,5 litros durante el día); infusiones.
  • Ejercicio físico mínimo: mínimo 30 minutos de ejercicios de contrología; mínimo 30 minutos de ejercicio aeróbico (carrera, elíptica o bicicleta);
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada de la Gran Fuga, opus 133, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa.

Día 4

  • Nutrición: Desayuno: espirulina (5 gramos) con zumo de fruta y 1 vaso de leche de coco con una cucharadita de chía. Media mañana: fruta. Comida: ensalada y salmón. Merienda: fruta. Cena: Ensalada y salmón.
  • Ejercicio físico mínimo: 30 minutos de ejercicios de contrología; mínimo 60 minutos de ejercicio aeróbico (carrera, elíptica o bicicleta);
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada del cuarteto de cuerda n.º 14 en do sostenido menor, opus 131, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa.

Día 5

  • Nutrición: Desayuno: espirulina (5 gramos) con zumo de fruta y 1 vaso de leche de coco con una cucharadita de chía. Media mañana: fruta. Comida: ensalada y salmón. Merienda: fruta. Cena: Ensalada y salmón.
  • Ejercicio físico mínimo: Caminar a paso ligero mínimo 180 minutos.
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada del cuarteto de cuerda n.º 14 en do sostenido menor, opus 131, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa.

Día 6

  • Nutrición: Desayuno: libre. Media mañana: fruta. Comida: libre. Merienda: fruta. Cena: libre.
  • Ejercicio físico: Descanso.
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada del cuarteto de cuerda n.º 14 en do sostenido menor, opus 131, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa.

Día 7

  • Nutrición: Desayuno: espirulina (5 gramos) con zumo de fruta y 1 vaso de leche de coco con una cucharadita de chía. Media mañana: fruta y frutos secos. Comida: verduras y salmón. Merienda: fruta. Cena: verduras y salmón.
  • Ejercicio físico: descanso.
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada del cuarteto de cuerda n.º 15 en la menor, opus 132, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa.

Día 8

  • Nutrición: Desayuno: espirulina (5 gramos) con zumo de fruta y 1 vaso de leche de coco con una cucharadita de chía. Media mañana: fruta y frutos secos. Comida: legumbres, trigo sarraceno y quinoa, pollo. Merienda: fruta. Cena: legumbres, trigo sarraceno y quinoa, pollo.
  • Ejercicio físico mínimo: mínimo 30 minutos de ejercicios de contrología; mínimo 30 minutos de ejercicio aeróbico (carrera, elíptica o bicicleta).
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada del cuarteto de cuerda n.º 15 en la menor, opus 132, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa.

Día 9

  • Nutrición: Desayuno: espirulina (5 gramos) con zumo de fruta y 1 vaso de leche de coco con una cucharadita de chía. Media mañana: fruta y frutos secos. Comida: alcachofas, trigo sarraceno y quinoa, atún. Merienda: fruta. Cena: alcachofas, trigo sarraceno y quinoa, atún.
  • Ejercicio físico mínimo: 30 minutos de ejercicios de contrología; mínimo 60 minutos de ejercicio aeróbico (carrera, elíptica o bicicleta).
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada del cuarteto de cuerda n.º 15 en la menor, opus 132, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa.

Día 10

  • Nutrición: Desayuno: espirulina (5 gramos) con zumo de fruta y 1 vaso de leche de coco con una cucharadita de chía. Media mañana: fruta y frutos secos. Comida: verduras, trigo sarraceno y quinoa, pollo. Merienda: fruta. Cena: verduras, trigo sarraceno y quinoa, pollo.
  • Ejercicio físico mínimo: 30 minutos de ejercicios de contrología; 30 minutos de ejercicio aeróbico (carrera, elíptica o bicicleta).
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada del cuarteto de cuerda n.º 16 en fa mayor, opus 135, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa.

Día 11

  • Nutrición: Desayuno: espirulina (5 gramos) con zumo de fruta y 1 vaso de leche de coco con una cucharadita de chía. Media mañana: fruta y frutos secos. Comida: legumbres, pescado. Merienda: fruta. Cena: legumbres pescado.
  • Ejercicio físico mínimo: 30 minutos de ejercicios de contrología; 60 minutos de ejercicio aeróbico (carrera, elíptica o bicicleta).
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada del cuarteto de cuerda n.º 16 en fa mayor, opus 135, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa.

Día 12

  • Nutrición: Desayuno: espirulina (5 gramos) con zumo de fruta y 1 vaso de leche de coco con una cucharadita de chía. Media mañana: fruta y frutos secos. Comida: legumbres, pescado. Merienda: fruta. Cena: legumbres pescado.
  • Ejercicio físico mínimo: caminar a paso ligero 180 minutos.
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada del cuarteto de cuerda n.º 16 en fa mayor, opus 135, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa.

Día 13

  • Nutrición: Desayuno: libre. Media mañana: fruta y frutos secos. Comida: libre. Merienda: fruta. Cena: libre.
  • Ejercicio físico mínimo: descanso.
  • Ejercicio auditivo mínimo: escucha deliberada del cuarteto de cuerda n.º 16 en fa mayor, opus 135, de Ludwig van Beethoven.
  • Ejercicio modulación de voz: (mínimo 10 minutos) técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.
  • Ejercicio postura de poder: (mínimo 2 minutos al levantarse por la mañana) adoptar una postura física de poder que favorezca la confianza y la sonrisa

Una vez más, todo lo anterior irá aderezado con el cumplimiento de mis quehaceres profesionales y el cultivo de relaciones personales auténticas. Y sí, ser flexible en el cumplimiento de mi plan de entrenamiento integral es importante, pero el rigor en su seguimiento para poder medir el resultado, también lo es. El próximo 13 de diciembre, rendiré cuentas y veré adónde me ha conducido este experimento.

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El reto: mis 3 semanas de entrenamiento “integral” (Parte 2)

Michael Thallium 2Hoy rindo cuentas sobre mi reto de tres semanas de entrenamiento integral que terminaba hoy. En cuanto a la parte física, comencé con 75,8 kg y hoy peso 74,4 kg, es decir, que he bajado poco más de un kilo, lo cual para  algunas personas puede que esté muy bien, pero lo cierto es que se ha quedado por debajo de mis expectativas. Ello implica o bien que mis expectativas eran muy altas (probablemente) o que no he cumplido el plan de nutrición y ejercicio físico. En realidad ha sido una mezcla de ambos factores. Si uno quiere hacer un experimento consigo mismo y hacerlo con cierto rigor científico, ha de cumplir los procedimientos de forma sistemática, y yo no lo he hecho así. Bien es verdad que una de las premisas al comenzar con “el reto” era la flexibilidad, pero tan flexible he sido que, por lo que respecta al plan de nutrición, podríamos decir que me lo he “saltado a la torera”. Si no hubiese sido así, seguramente, habría bajado más de peso. Recuerdo que un amigo, el ingeniero y maestro belenista don Julio Mora, al ver mi plan de entrenamiento, me comentó con humor: “te vas a convertir en yogui”. Se refería, claro está, al “asceta hindú” no al “oso yogui”. A la luz del resultado de mi experimento, de asceta hindú, tengo más bien poco y, probablemente, tenga más de oso yogui…

Sin embargo, cuando miro atrás y veo cual era el objetivo que me planteé hace tres semanas (bajar de peso, sonreír más y potenciar la escucha empática), en realidad, sí que he bajado de peso y que ahora quizás sonrío un poco más y que he potenciado la escucha empática. El problema está en que mis expectativas (que no explicité en El reto: mis 3 semanas de entrenamiento “integral”) eran más altas. Cometí el error de no tenerlas en cuenta y de no ser más específico. En resumidas cuentas, que no he mejorado en mi vida lo que yo implícitamente esperaba. También tengo que añadir que han ocurrido algunas cosas que, por hache o por be, me han apartado de ese “objetivo implícito”.

Así pues, al no haber cumplido con mis expectativas, ayer decidí pagar mi penitencia rapándome el pelo al cero (y no, no voy ha hacerme ni monje budista ni yogui). También lo hice para solidarizarme con una persona muy querida que lo está pasando mal.

Una vez le oí decir al músico Steve Vai que en la pantalla del ordenador tenía puesta una pegatina con una frase que le solía repetir otro gran músico, Frank Zappa: “Don’t stop, keep going!” (¡No pares, continúa!). Pues bien, eso es lo que haré con el siguiente e inminente reto del que hablaré en mi próximo artículo.

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Un mensaje para la posteridad

Supón que puedes dejar un mensaje para la posteridad y que nuestros descendientes lo oigan o lean dentro de 1.000 años. ¿Qué crees que merece la pena decir a esa generación futura sobre la vida que has vivido y sobre lo que has aprendido de ella?

Rememorando a un pensador británico del siglo XX, Bertrand Russel, voy a decir dos cosas, una intelectual y otra moral. A esa generación futura le diría lo siguiente: cuando estudies o consideres cualquier materia o asunto, pregúntate cuáles son los hechos y cuál es la verdad que esos hechos evidencian. Jamás te dejes engañar por lo que te gustaría creer o por lo que tú creas que podría tener efectos benéficos para la sociedad si se creyera en ello. Antes bien, fíjate única y exclusivamente en los hechos. Esto es lo que diría a esa generación futura desde el punto de vista intelectual.

En cuanto a lo moral, lo que quisiera transmitirles es bien sencillo: el amor es sabio; el odio, necio. En un mundo tan interconectado e intrincado, tenemos que aprender a tolerarnos unos a otros. Tenemos que aprender a aguantar que haya personas que digan cosas que no nos gusten. Solo así podremos vivir juntos. Si hemos de vivir juntos y no perecer juntos, debemos aprender y practicar valores como la caridad y la tolerancia que son absolutamente vitales para que la vida humana continúe en este planeta. Y añadiría algo más, al expresar lo que piensas, procede con tanta firmeza como flexibilidad.

Fotografía del vídeo por Beku Marniè https://m.flickr.com/#/photos/bekumarnie/

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El reto: mis 3 semanas de entrenamiento “integral”

Michael ThalliumHoy he comenzado un reto de entrenamiento personal “integral” que durará tres semanas (es decir, que terminará el 29 de noviembre de 2015). Antes que nada he de aclarar algo muy importante: no soy médico ni he estudiado medicina (aunque sí que me he documentado). Tampoco es mi intención que nadie se tome este reto como más de lo que es: un mero experimento. Un experimento conmigo mismo.

¿Qué quiero decir con eso de “entrenamiento personal integral”? Es “personal” porque lo he creado para mí, e “integral” porque combino varias disciplinas a fin de probar (probarme y demostrarme a mí mismo) que no ando muy desencaminado yo al pensar que el entrenamiento más eficaz para llegar a ser una mejor persona pasa por una alimentación sana, ejercicio físico, ejercicio mental, ejercicio emocional y espiritual.

¿Cuál es mi objetivo? Bajar de peso, sonreír más y potenciar la escucha empática. Para ello, durante estas tres semanas voy a integrar la nutrición, el ejercicio físico, la escucha de música y la modulación de voz en un programa que durará unas tres semanas.

Hoy acudí a una farmacia para pesarme. Resultado: 75,8 kg (2 kg por encima de mi peso hace un mes y medio, pero 12 kg por debajo de mi peso hace seis meses). Mi objetivo era bajar hasta los 70 kg para cuando naciera mi sobrino. No lo conseguí. Mi sobrino nació el pasado 26 de septiembre -soy tío primerizo y, sí, se me cae la baba con él-, es decir, hace más o menos un mes y medio. Ahora, a ver qué consigo llevando a cabo el siguiente programa (esquemáticamente y sujeto a flexibilidad):

Primera semana

  • Nutrición (mínimo 5 días, máximo 7): espirulina (5 gramos) con agua en ayunas por las mañanas; compuesto de sirope de salvia con jugo de limón, cayena y agua mineral (1,5 litros al día); infusiones de hierbas con cardamomo, hinojo y jengibre. Incorporación de verduras y ensaladas al final de los 5 o 7 días.
  • Ejercicio físico: carrera mínimo 30 minutos, 4 días a la semana; a diario, los 34 ejercicios de “contrología” creados por Joseph. H. Pilates.
  • Escucha deliberada de música: cuartetos de cuerda núms. 3, 1, 2 y 4 de Ludwig van Beethoven
  • Ejercicio modulación de voz: técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán.

Segunda semana

  • Nutrición: espirulina (5 gramos) con agua en ayunas y chía (una cucharadita diluída en líquido); infusiones. Ensaladas, trigo sarraceno, quinoa y frutos secos. Hacer hincapié en la masticación (masticar un mínimo de 30 veces antes de tragar el alimento).
  • Ejercicio físico: carrera mínimo 30 minutos, 4 días a la semana; a diario, los 34 ejercicios de “contrología” creados por Joseph. H. Pilates.
  • Escucha deliberada de música: cuartetos de cuerda núms. 5, 6, 7 y 8 de Ludwig van Beethoven
  • Ejercicio modulación de voz: técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán. Lecturas interpretadas de textos. Utilizar el humor.

Tercera semana

  • Nutrición: espirulina (5 gramos) con agua en ayunas y chía (una cucharadita diluída en líquido); infusiones. Ensaladas, trigo sarraceno, quinoa y frutos secos; pescado, pollo, pavo.
  • Ejercicio físico: carrera mínimo 30 minutos, 4 días a la semana; a diario, los 34 ejercicios de “contrología” creados por Joseph. H. Pilates.
  • Escucha deliberada de música: cuartetos de cuerda núms. 9, 10, 11 y 12 de Ludwig van Beethoven
  • Ejercicio modulación de voz: técnica del susurro y otros ejercicios vocales; utilización de trabalenguas en inglés y alemán. Lecturas interpretadas de textos. Utilizar el humor.

Todo esto anterior aderezado con el cumplimiento de mis quehaceres profesionales y el cultivo de relaciones personales auténticas. Ya veremos cuál es el resultado de este experimento dentro de tres semanas…

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El secreto del ritmo de la lengua inglesa

Aquí os dejo un vídeo en el que os cuento el secreto del ritmo de la lengua inglesa, esa cadencia particular que, si la pilláis,  os hará sonar más naturales. Aprender inglés (en realidad, cualquier idioma) es una cuestión de tiempo y práctica. Si no estás dispuesto a practicar y no tienes tiempo para ello, entonces es mejor que dediques ese tiempo a algo más provechoso para ti. Por otra parte, aprender un idioma nuevo puede resultar algo muy divertido. ¡Perseverancia y a por ello!

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La melodía de nuestras vidas

Si nuestro discurso es una partitura, la puntuación es la notación de nuestra música verbal. La puntuación nos dice dónde respirar, dónde descansar, cuándo alzar la voz. Como si de una composición sinfónica se tratase, la puntuación confiere el significado de nuestro discurso por medio de las pausas, el ritmo y el fraseo. Luego, cada intérprete, cada uno de nosotros, ponemos nuestro toque personal para emitir la melodía de nuestras vidas… Y algunas, claro está, resultan más interesantes, más atractivas, que otras.

Las fotografías en este vídeo por Beku Marniè
https://m.flickr.com/#/photos/bekumarnie/
Texto y voz de Michael Thallium

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Brevedades de la confianza y la sinceridad

Árbol Confianza Michael Thallium

La confianza es quizás la motivación humana más alta, pues suele sacar lo mejor de las personas, pero, al igual que un árbol, requiere tiempo y paciencia hasta que crece…

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A veces hay muros que uno puede contemplar durante mucho tiempo sin atreverse a atravesarlos por miedo a descubrir lo que hay al otro lado. También puede ocurrir que, sencillamente, aceptemos lo que hay a nuestro lado del muro, el que vemos. Hay muros que tienen puertas y, probablemente, llamando a ellas o empujándolas, uno podría descubrir una nueva realidad; y si el muro no tiene puertas siempre habrá algún modo de saltarlo. En ambos casos se requiere esfuerzo. Así es la sinceridad. Atravesando el muro de la sinceridad uno puede ver ambos lados de la realidad: la que uno ve y la del otro. La sinceridad es una invitación a que otras personas vean nuestro lado del muro y un reto para descubrir al otro con respeto.

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La zahúrda

(Artículo escrito el 13 de septiembre de 2004… Es como si para algunas cosas el tiempo no transcurriera)

Michael Thallium webQuizás se me pueda acusar de escamón, pero es que tal y como veo algunas cosas, no es para menos. Desde el gobierno se dice y se desdice, se anuncia y se renuncia. Las emisoras de radio, las de televisión están plagadas –y digo bien, porque se trata de una plaga de personajes sin reputación que ni saben hablar ni dejan hablar, ni escuchan ni dejan escuchar. Ya no me refiero a lo moral –allá cada cual con su conciencia sino a lo lingüístico. Da igual que sean periodistas o no periodistas, a todos les corresponde el mismo saco: el de los zopencos. Lo digo porque parece que piensan con los pies o que tienen el entendimiento torcido.

Desde los lugares donde se toman las decisiones no se pone coto a esta situación de maltrato a nuestra lengua. Claro es, hacerlo parece que sería ir en contra de la libertad de expresión, de la pluralidad y de la democracia. Cierto es que la lengua es democrática, porque la construimos todos, pero no es menos cierto que quienes atentan contra ella delinquen lingüísticamente con total impunidad ante el asombro de unos pocos, cada vez menos, a quienes nos preocupa.

No estoy defendiendo la pedantería, ni el purismo ni el casticismo ni nada que se les asemeje: son igual de perniciosos que la chabacanería televisiva. Defiendo eso sí, un uso correcto de la lengua. Me importa poco si los niveles de expectación (ahora los llaman de audiencia, porque no distinguen lo que se escucha de lo que se ve) son máximos cuando se insulta, se chilla, se rumorea, se envidia o se desvelan vergüenzas públicamente ante la atenta mirada de los presentadores de los programas y, por consiguiente, con su consentimiento también.

Se me ocurre proponer un programa televisivo. Lo llamaría “La zahúrda”, por aquello de que no suena tan mal como la “pocilga” en que introduciría a famosos, populares y aspirantes a ello, todos ellos de méritos papandujos, para que convivan y expulsen las heces, verbales o corporales, se rebocen en ellas para que los niveles de expectación aumenten y se reconozca, de una vez por todas, que eso es lo que consiente el pueblo con el beneplácito de los diversos gobiernos y de los directivos de los medios de comunicación. Ellos dirán: ¡Y a mí que más me da, si eso es lo que la gente quiere!

En efecto, les da lo mismo que a mí escucharles. Pero no me desdigo ni renuncio a defender lo que es mío, mi lengua, y que comparto con todos, zaborreros incluidos.

Michael Thallium
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Un aria, una melodía, una danza

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Bärenreiter-Verlag 1977

Probablemente, Sebastian Bach abordó la composición de su cuarto cuaderno de ejercicios para teclado, conocido como “Aria con variaciones” (BWV 988), a finales de la década de 1730 o principios del año 1740. La publicación de la obra data de 1741, cuando Bach tenía 56 años de edad. La denominación “aria” no se corresponde a la del “aria” de ópera. Para Sebastian Bach “aria” significaba “melodía”. En el caso de esta obra, esa melodía se engrana en un ritmo ternario de zarabanda, una danza de origen español, pero introducida y popularizada en Europa desde la corte francesa del rey Luis XIV. Así pues, esta obra cuyo tema principal reproduzco abajo en vídeo, es danza, melodía y aria a la vez.

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