Era un día lluvioso de abril. Me levanté pronto para acudir a mi cita. Me esperaba un largo viaje en coche hacia Muriedas, en Cantabria, desde Móstoles. Esa mañana iba a conocer en persona a quien tuve oportunidad de ver tocar el piano con la Ensemble de Cadaques tres años atrás en el Centro para la Difusión de la Música Contemporánea. Fue entonces cuando decidí solicitar su amistad en Facebook y desde entonces hemos permanecido en contacto. Sin embargo, no sería hasta esa lluviosa mañana de abril cuando nos conoceríamos en persona. Yo quería entrevistarlo. Y esa iba a ser la única oportunidad en unos cuantos meses, porque él se marchaba al día siguiente a Holanda y más tarde a Indonesia para no regresar a España hasta agosto. Así que aproveché la oportunidad: me iba a reunir con el maestro Ananda Sukarlan.
Ananda es un músico afincado en España, pero viaja con mucha frecuencia a distintos países del mundo, sobre todo a Indonesia, donde nació. Su actividad compositiva e interpretativa le ha llevado a meterse en distintos proyectos en España e Indonesia. Colabora con el compositor español David del Puerto y con la Fundación Música Abierta de Urueña, la Villa del Libro, y compone música para niños discapacitados. En Yakarta, su ciudad natal, creó la Fundación para la Música Clásica de Indonesia con la que quiere apoyar a niños desfavorecidos por medio de la música y las artes.
Cuando llegué a la casa de Ananda en Muriedas tuve la sensación y lo vi por primera vez, tuve la sensación de que lo conocía de toda la vida. Conversamos sobre muchas cosas. Pasamos seis horas juntos y también conocí a Raquel, su mujer, y a Alicia, su hija, para quien Ananda compuso un libro de piano que lleva su nombre.
Aquí se puede ver un extracto en español de la entrevista que mantuvimos:
(Si deseas ver la entrevista íntegra en inglés, AQUI)
Ya he hablado de la importancia de la música para el cerebro humano en otros artículos (La música nos engrandece). Yo la utilizo cuando hago coaching, imparto cursos y seminarios o enseño idiomas. Quizás por eso, cuando Ananda me habló de su fundación, mi conexión fue total, porque uno de mis proyectos vitales es el de crear una institución para fomentar la creatividad y el esfuerzo inteligente en Asia, África y América Latina.
Sé que en algún momento Ananda y yo colaboraremos en algún proyecto. Él aún no lo sabe, pero yo sí. Y seguro que nos volvemos a ver pronto.
Hace casi una semana, estuve en un fantástico recital. Federico Lechner era el pianista. Y a él tampoco lo conocí hasta hace casi dos semanas que estuve en otro fantástico recital de piano que dio la pianista japonesa Asuka Nakamura, quien entre otras obras interpretó la Música ricercata de György Ligeti. Federico estaba sentado entre el público, justo detrás de nosotros. Durante la pausa, mi amigo y también pianista, Julio César Setién, me presentó a Federico de quien yo antes jamás había oído hablar. Fue así como me enteré de que él tocaría a la semana siguiente en el mismo lugar: Los miércoles de cámara organizados por el violinista y también amigo Shahar Rosenthal. Le dije a Federico: “Vendremos a tu recital. Nos vemos”. Y así lo hicimos.
Una semana más tarde acudí a verlo junto con la persona que, afortunadamente, me lo había presentado. Y, sencillamente, fue fantástico. Hubo un momento en que Federico, basándose en la música ricercata que había sonado en ese mismo lugar una semana antes (por cierto, en un gesto que le honra muchísimo, Federico mencionó la brillantez con que Asuka Nakamura había interpretado la obra de Ligeti) comenzó a improvisar con las notas que le íbamos diciendo los que estábamos entre el público: primero con dos notas, luego con tres, cinco, siete y nueve notas. Aquí os dejo de muestra la improvisación sobre dos notas (por cierto el que dice “fa sostenido” soy yo):
El “ricercare” es una forma musical renacentista precursora de la fuga. El término italiano “ricercare” significa buscar así que la música ricercata es la música buscada. Y Federico buscó la música entre las notas que le fuimos dando… y encontró la entrega de un servidor.
Adaptación al español del original inglés por Michael Thallium. Si deseas leer el original en inglés, visita: The Joys of Teaching de Amit Nagpal. “Moving up from good to great” (Ascender de lo bueno a lo grande) es una columna mensual sobre cómo llegar a ser un gran ser humano y ofrece dos opiniones sobre el tema desde oriente (Amit Nagpal, en la India) y occidente (Michael Thallium, en España).
LA CONSCIENCIA NOS ENGRANDECE Opinión de Amit Nagpal
Amit Nagpal es un consultor de marca personal y coach para el éxito mundial. Amit tiene su base en Nueva Delhi, India y está especializado en marca personal con un toque hilístico. Su filosofía es "amplíate como ser humano, sé excelente como ser en las redes sociales y evoluciona como ser de marca personal".
Dado que somos conscientes hasta que morimos, ¿significa esto que somos grandiosos por tener alma o consciencia de estar vivos? No, no es tan sencillo como eso.
Profundizar (o elevar, si se prefiere de ese modo) nuestros niveles de consciencia nos engrandece. Para comenzar este viaje, hemos de comprender los distintos niveles o tipos de consciencia. Puede que las distintas escuelas de pensamiento tengan diferentes opiniones al respecto pero el quid de la cuestión es muy parecido. Tomemos, por ejemplo, dos escuelas o filosofías fáciles de comprender, a saber: David R. Hawkins (niveles de consciencia) y el budismo de Nichiren Daishonin (tipos de consciencia).
David R. Hawkins, en su libro El poder contra la fuerza habla de una jerarquía de los niveles de la consciencia humana. Uno también puede averiguar cuál es su nivel de consciencia según sea su situación vital actual. De abajo a arriba, los niveles de consciencia son: vergüenza, culpa, apatía, tristeza, sufrimiento, deseo, ira, orgullo, coraje, neutralidad, voluntad, aceptación, razón, amor, alegría, paz, iluminación. Aunque cambiamos de un estado a otro, normalmente hay un estado predominante en el que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo.
El “coraje” es el primer nivel positivo y si estás leyendo este artículo, al menos debes de estar en este nivel porque aspiras al crecimiento personal. Te haces disciplinado y comienzas a buscar el aumento de la productividad cuando alcanzas el nivel de la “voluntad”. Aceptas la responsabilidad de tu papel en el mundo cuando alcanzas el nivel de “aceptación” y despiertas al propóstito de tu vida cuando alcanzas el nivel del “amor”.
Eckhart Tolle describe el poder de la consciencia de la alegría en El poder del ahora. Estar alrededor de personas en este nivel te hace sentirte extasiado. La sincronicidad y la intuición guían a la persona que se encuentra en este nivel. No hay necesidad de objetivos y planes dado que uno funciona a un nivel mucho más elevado. Después están los niveles de “paz” e “iluminación” que solo alcanzan personas como Jesús, Buda, Krisná, Gurú Nanak y Mahoma. Para una descripción más detallada, te sugiero que visites el blog de Steve Pavlina.
El budismo Nichiren (originario de Japón y auspiciado por Soka Gakkai International) habla de nueve tipos de consciencia. Los primeros cinco tipos se corresponden con los cinco sentidos, a saber, vista, oído, alfato, gusto y tacto. La sexta consciencia integra la información recibida por los cinco sentidos para dar sentido al mundo. La séptima consciencia nos capacita para hacer juicios morales y de valor y, aunque Shakespeare dijera que no existe nada bueno ni malo, que es el pensamiento humano el que lo hace, lo cierto es que nos seguimos queriendo decidir lo que es bueno y malo para nosotros, nuestras familias y nuestra sociedad.
La octava consciencia se encuentra por debajo del nivel de pensamiento consciente. Todas las experiencias de tiempos vitales pasados y presentes se almacenan allí y esta consciencia solo da el marco de nuestra existencia individual. Es parecido a lo que llamamos mente subconsciente. Nuestros hábitos, lo que nos gusta o disgusta, talentos, fuerzas y debilidades, todos ellos surgen de la octava consciencia.
La novena consciencia es la que reside más profundamente y es la propia esencia de la vida. Esta consciencia es pura fuerza vital y, por ende, nos sirve para purificar todos los demás tipos de consciencias. Esta es parecida a la consciencia del alma. Con la meditación o las salmodias u otras prácticas espirituales, podemos tocar esta fuerza vital. Una vez que somos capaces de tocarla, nos hacemos más conscientes ya que nuestros sentidos se hacen más perceptivos. Desarrollamos un modo de pensar más claro, lo cual mejora la toma de decisiones.
Es entonces cuando comienza el dulce viaje de la creatividad, de la alegría, la sabiduría, la intuición, la conciencia y, de hecho, un punto de éxtasis y unicidad, donde ninguna de estas importa.
Michael Thallium es un coach mundial para la grandeza con sede en España. Michael ha pasado muchos años de su vida viajando por muchos países y continentes, navegando los mares, surcando los cielos alrededor del mundo. Desde 2008 está dedicado a sus pasiones: coaching, idiomas, comunicación y música.
Consciencia… no está nada mal para una simple palabra, pero ¿qué es la consciencia? Como dijo Daniel Dennet allá por 2003 cuando citaba el libro de Lee Siegel Net Of Magic, Wonders And Deceptions in India (”Red de magia, milagros y engaños en la India”). Lee Siegel es un catedrático y experto en la magia callejera de la India:
“Estoy escribiendo un libro sobre magia” – explico, y me preguntan -: “¿Magia de verdad?” – Por ‘magia de verdad’ la gente se refiere a milagros, actos prodigiosos y poderes sobrenaturales. “No”, contesto: “Ilusiones y trucos, no magia de verdad”. La magia de verdad, en otras palabras, se refiere a una magia que no es real, mientras que la magia que es real, la que realmente se puede hacer, no es magia de verdad.
Cambia la palabra “magia” por “consciencia” y ahí lo tienes. Con esta metáfora, Daniel Dennet quería decir que la consciencia es algo que puede explicarse, no es nada mágico.
Si buscamos una definición en los diccionarios, quizás encontremos algo del estilo a “estado en el que uno tiene una percepción inmediata de sí mismo y de su entorno”. En el artículo La música nos engrandece, hice referencia a un fantástico libro de Antonio Damasio titulado Y el cerebro creó al hombre. Si de veras quieres saber un poquitín más acerca de la consciencia según la neurociencia, esta es una excelente lectura. Damasio también escribió un poema sobre la consciencia que a su vez inspiró una obra musical compuesta por Bruce Adolphe e interpretada por Yo-Yo Ma. La consciencia es un estado mental en el que uno tiene conocimiento de su propia existencia y de su entorno. Dicho de otro modo: si no hay mente no hay consciencia. Y aquí tiene un papel muy importante la memoria. ¿Podemos ser conscientes sin memoria? Bueno, hay un caso de amnesia bastante famoso. Clive Wearing era un afamado director de orquesta hasta que un día un virus le atacó al cerebro y destruyó la mayor parte de su memoria. Clive Wearing vive atrapado en el presente y no es consciente de lo que le rodea. Vive sin consciencia:
Aunque como seres humanos tenemos consciencia, nos pasamos la mayor parte del tiempo sin ser conscientes de nosotros mismos ni de lo que nos rodea. Parece que vivimos con el “piloto automático” puesto todo el rato. Por supuesto, este piloto automático” tiene muchas ventajas: no puedo pensar en una vida en la que sea consciente al 100%, consciente de la respiración, de las reacciones químicas internas, del latido del corazón, de las toneladas de información que entra por los sentidos a diario… Sin embargo, este “piloto automático” tiene también algunas desventajas: cuando no somos conscientes de nosotros mismos y de nuestro entorno, perdemos una oportunidad de desarrollar nuestra grandeza.
Durante los dos últimos meses he estado escuchando distintas grabaciones binaurales basadas, en los trabajos de Robert Monroe, para meditar y aumentar la consciencia. No puedo decir que mi vida haya cambiado sustancialmente ni tampoco puedo recomendar a otras personas que hagan lo mismo que yo, pues no he obtenido ningún resultado “claro” todavía. Sin embargo, como dice mi amigo Amit Nagpal: “La meditación es una práctica para encontrar la paz perfecta para aquellos que han encontrado ya la paz. Tendemos a poner expectativas poco razonables en la meditación y fallamos en hacer un cambio de actitud, que es un prerrequisito para la meditación.” En cualquier caso, ¡la meditación no te hará ningún daño!
Hay otro aspecto que quisiera mencionar. Hasta el momento, he estado hablando de la consciencia personal, pero ¿qué pasa con la consciencia transpersonal? El neurocientífico chileno Francisco Valera lo explicaba muy claramente:
Hoy cuento con Carmen Cayuela, quien nos hablará de las necesidades emocionales en el siguiente vídeo. Carmen es Coach PCC (acreditada por ICF) y con formación como Economista y Especialista en Inteligencia Emocional. Trabaja el desarrollo del pensamiento crítico necesario para la libertad de elección, como Coach Personal y Ejecutiva y como Mentora y Evaluadora de coaches. A través de la metodología IECoaching® entrena a las personas para que aprendan a atender sus necesidades, respetando las necesidades de los demás. El coach se convierte así en un Mediador Emocional que acompaña al cliente en su diálogo consigo mismo y con los demás. Actualmente, Carmen trabaja en un proyecto de coaching educativo con inteligencia emocional.
En el siguiente video Carmen nos explica las necesidades emocionales que denomina de reconocimiento, afiliación y seguridad:
Si deseas saber más sobre el proyecto IECoaching® educativo, AQUÍ.
(Artículo escrito originalmente en inglés por Michelle Sample. Adaptación al español por Michael Thallium. To see the original in English, click here)
Michelle Sample es una adolescente de 15 años del sur de California. Disfruta tocando la guitarra y lleva haciéndolo con éxito durante más de tres años. La música ocupa un lugar muy especial en su vida desde 2008. Además, Michelle siente pasión por escribir poesía.
Me gustaría compartir mis sentimientos personales sobre lo que significa para mí la gratitud en este momento de mi vida.
Bueno, lo primero de todo, tengo 15 años, así que no he vivido para ver tantos días como muchas de las personas que hay en mi vida. Sin embargo, puedo decir que durante estos 15 años he descubierto lo que significa mostrar gratitud, lo que significa reconocer la gratitud que otros me han dado y la gratitud interior que siento por haber experimentado determinadas cosas, por haber conocido a determinadas personas y haber descubierto determinadas cosas.
Actualmente, el principal acontecimiento por el que considero que estoy más agradecida es el de haber elegido tocar la guitarra. Comenzó como un interés simple que se transformó en un viaje increíble que me ha mostrado la majestuosidad de la música, de la música que exploró los conceptos más allá de la típica canción de amor. Tengo la suerte de decir que nací en el momento adecuado. He podido conocer a muchos de esos músicos que ahora son mucho mayores y es maravilloso verlos a todos. Además, por lo que respecta a tocar la guitarra, junto con mis amigos y seres queridos, me he dado cuenta de mi pasión por tocar el instrumento y comprenderlo fácilmente. La música me ha llevado a conocer a personas verdaderamente maravillosas, personas muy distintas a cualquier otra que jamás haya conocido. Ellas me han ayudado a crecer como persona y a desarrollar mis conocimientos musicales.
Ahora bien, como ya dije antes, también he experimentado sentimientos interiores de gratitud durante el año pasado. Todo empezó en enero de 2011 cuando mi mejor amigo, un gato llamado Tiger, murió trágicamente a causa de un horrible fallo renal. Ese fue el comienzo de un montón de emociones que nunca antes había sentido, siendo la principal de ellas una profunda pena. Desafortunadamente, el horror no terminó ahí. Antes de que mi familia y yo nos diéramos cuenta, nuestro gato más viejo tuvo que ser sacrificado y nuestro perro de siete años sucumbió a una enfermedad autoinmune, todo en los tres primeros meses de 2011. Por muy pequeño que esto parezca, nuestra familia estaba echa polvo e inundada de tristeza porque tenemos un gran respeto por los animales. Ya ha pasado un año desde aquellas tragedias y cuando ahora miro atrás, estoy agradecida por todos los años que pasé con mis queridas mascotas y por la alegría de haberlas conocido. Lilly, mi cobrador dorado de 10 meses, es la que me revitalizó y sigue manteniendo mi paz interior. Después de que pasara algún tiempo, nos cansamos de la tristeza de vivir en una casa sin mascotas y nos sentimos preparados para traer un perro a casa, y me alegro de que así lo hiciéramos. La perrita es mi luz, mi paz y mi felicidad.
En general, creo que es especialmente importante estar agradecida por las cosas y personas que tienes en la vida, porque no sabes durante cuánto tiempo las tendrás.
Adaptación al español del original inglés por Michael Thallium. Si deseas leer el original en inglés, visita: The Joys of Teaching de Amit Nagpal. “Moving up from good to great” (Ascender de lo bueno a lo grande) es una columna mensual sobre cómo llegar a ser un gran ser humano y ofrece dos opiniones sobre el tema desde oriente (Amit Nagpal, en la India) y occidente (Michael Thallium, en España).
“Me he dado cuenta de que al Universo le encanta la gratitud. Cuanto más agradecido estas, más cosas buenas consigues. Cuando digo ‘cosas buenas’, no me refiero solo a cosas materiales. Me refiero a toda la gente, lugares y experiencias que hacen que merezca la pena vivir una vida tan maravillosa.” - Louise L. Hay
Dr Amit Nagpal es un consultor de marca personal y coach para el éxito. Reside en Nueva Delhi, India, y está especializado en marca personal con un toque holístico. Su filosofía es “hazte cargo de tu vida y de tu marca”.
En mi opinión, la gratitud es la primera característica que tenemos que llamar humana. En inglés empleamos el término ‘cerdos ingratos’ (ungrateful pigs) para las personas que carecen de gratitud. Pero, lamentablemente, la avaricia y el enfoque en tener cada vez más han generado la ingratitud en la mayoría de nosotros. A veces, cuando alguien nos ayuda, sentimos que tenemos que devolver el favor haciendo algo a cambio y, por ende, no se requiere la gratitud. Siento profundamente que si has pedido un favor y hecho algo a cambio -algo de tu elección-, aún tienes que estar agradecido, porque ni siquiera sabes si has hecho lo suficiente a cambio.
Hasta una persona como Albert Einstein que dio tanto a la humanidad, estaba lleno de gratitud, de hecho, gratitud entendida como sentido de la responsabilidad. Einstein escribió: “Me recuerdo a mí mismo cientos de veces al día que mi vida interior y exterior se basan en el trabajo de otros hombres, vivos y muertos, y que debo emplearme al máximo para dar en la misma medida en que he recibido y sigo recibiendo”. Si no estamos agradecidos por lo que tenemos, ¿cuál es la garantía de que estemos agradecidos si conseguimos más? Si hacer trampa es nuestra naturaleza básica, haremos trampa incluso si somos multimillonarios.
Una vez, estaba haciendo un taller con estudiantes de un máster en administración de empresas y les dije que salieran inmediatamente al vestíbulo y que llamaran a sus padres para expresarles su gratitud por todo lo que habían hecho por ellos. Los estudiantes regresaron con extrañas respuestas de sus padres. Un padre preguntaba si su hijo estaba borracho, el otro estaba preocupado por si todo iba bien… Los padres se sorprendieron con esa repentina expresión de gratitud e incluso uno comentó; “Hijo, ¿necesitas dinero?” Podemos imaginarnos lo ingrata que es la sociedad en que vivimos si la gente se sorprende tanto por una sencilla expresión de gratitud.
Sri Sri Ravi Shankar, un gurú espiritual indio, lo expresa maravillosamente: “Mientras sigas a la carrera para conseguir más, no vas a asentarte. No hay paz ni gracia a no ser que te asientes. ¡¿Lo entendiste?!. Así que en algún momento deberías tomar ese ‘Quiero más’ y tirarlo a la basura y decir ‘¡Conforme, eso es!’ Si estás refunfuñando, no puedes estar agradecido, y si no estás agradecido, ¿cómo puede haber gracia? ¿Ves lo que te digo? Todo encaja. Así que ahora, ¡no me preguntes cómo uno puede estar más agradecido! ¡Deja de quejarte!”
La gratitud no es complacencia sino más bien hacer lo mejor que podemos y aceptar con gracia lo que el Universo nos devuelve. Nuestros deseos están cambiando continuamente e incluso el Universo se confunde con lo que queremos en la vida. Una vez que empezamos a escuchar a nuestra voz interior y nos aclaramos por completo con lo que queremos, todas las fuerzas se combinan para traer a nuestras vidas esas cosas durante un tiempo. Si estás agradecido, el Universo te dará cada vez más, pero si solo estás agradecido con el fin de conseguir más, el Universo notará la falta de sinceridad y sabrá que no se trata de gratitud sino de avaricia.
Eric Hoffer dice con razón que “la aritmética más difícil de dominar es la que nos capacita para contar nuestras bendiciones”. Después de todo, ¿por qué nos resulta tan difícil sentir y expresar gratitud especialmente cuando fuimos creados a imagen y semejanza de Dios? Una razón muy sencilla es el nivel de consciencia con el que vivimos, ya que hemos olvidado nuestra verdadera naturaleza. Pasamos por la luz del día con una venda en los ojos y, para regresar a nuestra verdadera naturaleza y descubrir nuestra grandeza, lo único que tenemos que hacer es quitarnos esa venda.
A muchas personas les repugna la espiritualidad, pero la espiritualidad tiene todas las respuestas a preguntas para las que no encontramos respuesta. Thich Nhat Hanh, un maestro budista, hace hincapié en que la iluminación no es ningún logro enorme o milagro por el cual nuestros cuerpos desarrollan algún poder sobrehumano, sino la toma de conciencia de que cada ser humano es una ola que es parte del océano. Y si uno es solo una parte del océano y se ha separado durante un tiempo, podemos comprender la interconexión entre todos nosotros y sentir la inmensa gratitud por todas las olas que nos acompañan en ese viaje.
Así que saltemos de alegría y hagamos que las vibraciones de gratitud por esta vida bella alcancen todos los rincones del “Dulce Universo”.
“La mente agradecida se fija constantemente en lo mejor; de ahí que tienda a convertirse la mejor.” – Wallace D Wattles
Michael Thallium es un coach mundial para la grandeza con sede en España. Michael ha pasado muchos años de su vida viajando por muchos países y continentes, navegando los mares, surcando los cielos alrededor del mundo. Desde 2008 está dedicado a sus pasiones: coaching, idiomas, comunicación y música.
Las palabras me fascinan. Son la belesa que me embelesa… pero hoy no voy a hablar de palabras, sino de una única que nos engrandece: Gratitud. La mayoría de diccionarios la definen como “un sentimiento por el cual nos consideramos obligados a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera”. ¿Qué es la gratitud? Supongo que para cada persona significa algo muy particular o muy íntimo. A mí me gustaría definir la gratitud como ese sentimiento por el cual valoro lo que me ocurre en cada momento de la vida y al que correspondo con “gracia”, con estilo, con respeto por la vida propia y la de los demás.
Cuando mi amigo Amit Nagpal -a quien por cierto estoy muy agradecido por ello- me propuso escribir un artículo sobre la gratitud hace un mes, pensé en poner en práctica ese sentimiento y pasar en estado de gratitud la mayor parte de tiempo al día que pudiera. Eso me llevó a idear un vídeo que reflejara al menos una mínima parte de esa gratitud. Y así lo hice. Por ello, cambié mi idea de escribir por la de grabar y editar imágenes y sonidos.
Cuando miro atrás, veo que en mi vida he sido afortunado. Hay muchísimas personas a quienes estoy agradecido y nombrar a algunas sería injusto para con las demás. A todas esas personas que se han cruzado en mi camino, sin excepción, estoy agradecido. No obstante, sí que hay dos a quienes no puedo dejar de nombrar expresamente: mis padres.
Después de un mes haciendo el ejercicio diario de pasar el mayor tiempo posible en estado de gratitud, afirmo que la gratitud nos engrandece. Sobran las palabras. Te invito a que veas este vídeo:
¿A quién vas a mostrar hoy tu Gratitud? ¿Y estás también dispuesto a abrazar la Gratitud de los demás con gracia?
Adaptación al español del original inglés por Michael Thallium. Si deseas leer el original en inglés, visita: Two Opinions on Uncovering our Greatness. “Moving up from good to great” (Ascender de lo bueno a lo grande) es una columna mensual sobre cómo llegar a ser un gran ser humano y ofrece dos opiniones sobre el tema desde oriente (Amit Nagpal en la India) y occidente (Michael Thallium en España).
LA INFLUENCIA NOS ENGRANDECE
Opinión de Amit Nagpal
Dr Amit Nagpal es un consultor de marca personal y coach para el éxito. Reside en Nueva Delhi, India, y está especializado en marca personal con un toque holístico. Su filosofía es “hazte cargo de tu vida y de tu marca”.
El Universo está perfectamente coordinado para todo y cuando Michael sugirió que escribiésemos un artículo sobre la “influencia”, me acordé de que la siguiente persona en mi lista de agradecimientos era John C. Maxwell quien me enseñó a influir en el verdadero sentido de la palabra. Así que esa perfecta coordinación me ha llevado a expresar mi gratitud dedicándole este artículo.
Primeras lecciones sobre influencia (y marca personal)
Ya desde la infancia tuve un modelo (de influencia) para mí: mi abuelo paterno. Mi abuelo era una persona muy respetada y muy conocida en la ciudad, cerca de Delhi, en India, donde yo me crié. Era muy respetado por su generosidad, por el modo en que trataba a sus empleados (incluido el trabajo agrícola), por sus habilidades interpersonales, su carácter, etc.
Personalmente, mi abuelo siempre me motivaba, acudía a mi rescate (cuando notaba que yo estaba desamparado en algunos aspectos) y me colmaba de regalos por mis logros académicos. Hoy, gracias a él, procuro hacer todo lo posible para ayudar al menos a una o dos personas que, a mi parecer, están desamparadas. Después de mi madre, mi abuelo fue la segunda persona con mayor influencia sobre mí.
Cuanto mejor ser humano seas, más influencia tendrás
Es verdad que el poder, la posición social y el dinero nos hacen influyentes, pero en el momento en que estos desaparecen, también desaparece la influencia. Si eres auténticamente un buen ser humano, serás influyente en el verdadero sentido de la palabra.
Alrededor de 2007
Uno de mis vecinos, Sindhuja Rai, me presentó los libros de John Maxwell y me dio un ejemplar de “Seamos personas de influencia” hará unos 5 años. Lo leí, me gustaron las citas y anécdotas y pronto terminó en la estantería como anfitrión de otros libros. El libro no ejerció una profunda influencia sobre mí, porque yo aún no estaba preparado para comprender los conceptos del libro. ¿Cómo iba a expandirse a los demás una persona enfocada en llenar su depósito de ego y emociones? ¿Cómo podría una persona alimentar a otras si el niño que llevaba dentro todavía deseaba que lo alimentaran?
Pero para el universo, tan solo era una señal. Por esa misma época, comencé mi viaje interior y tomé la decisión consciente de cambiarme a mí mismo. Una vez comenté en Facebook: “Cuando tocas fondo, no te queda otra más que subir”.
Comencé el viaje del conocimiento y la conexión conmigo mismo.
Alrededor de 2011
Después de cuatro años de meditación regular y de pensar claramente (probablemente un subconsciente activado), todavía sentía que algo faltaba en alguna parte. Justo en aquellos días, una amiga mía me dijo: “Siempre tratas de conectar por medio de lo que escribes, ¿por qué no hablas con las personas para conectar con ellas?” ¡Oh, Dios mío! Me había tocado de lleno.
Retomé el libro “Seamos personas de influencia”. Entonces, cada frase del libro tenía un nuevo significado para mí. Cada frase que leía me transformaba como persona. Fui capaz de leer más allá de las interesantes anécdotas y realmente miré a lo que necesitaba hacer para llegar a ser una persona de influencia.
Estaba renaciendo en todos los sentidos.
Lecciones aprendidas
Las principales lecciones que aprendí durante esos cuatro años fueron:
cuanto más bien haces, más bondad verás alrededor de ti;
deja de intentar ser una persona de influencia y, en su lugar, intenta ser una persona que comparte y se preocupa por los demás;
sé sensible a la energía que te rodea y rodéate de energía positiva;
silencia la mente consciente para escuchar la voz del subconsciente.
Pero la lección más importante que aprendí fue la de mirar alrededor de mí e intentar ayudar a la gente con soluciones a sus problemas. Si hay desesperanza, debería aportar de inspiración. Si hay negatividad, debería aportar energía positiva. Si los demás desean tener más éxito, debería ayudarles a que se den cuenta de cuáles son sus objetivos.
Si las personas siguen comportándose mal, debería intentar perdonarles pues no son felices y están frustrados.
Basado en estas lecciones aprendidas, también he desarrollado mi propia filosofía de coaching y formación “Expándete como ser humano, sobresal como ser en los medios sociales y evoluciona como ser de marca personal” (Enlarge as a human being, Excel as a Social Media Being and Evolve as a Personal Branded Being.) No deseo ser una persona de influencia, sino que deseo aportar cambios positivos alrededor de mí y, por ello, voy en pos de tus buenos deseos.
Michael Thallium es un coach mundial para la grandeza con sede en España. Michael ha pasado muchos años de su vida viajando por muchos países y continentes, navegando los mares, surcando los cielos alrededor del mundo. Desde 2008 está dedicado a sus pasiones: coaching, idiomas, comunicación y música.
A veces pienso que la “influencia” es una consecuencia de otros factores tales como la honradez y el compromiso, pero también creo que la influencia es un valor personal que nos engrandece… siempre que se trate de una influencia “positiva”, claro. Tanto Hitler como Gandhi fueron personas muy influyentes a la sazón, pero piensa en lo distintas que fueron sus influencias. Entonces, ¿cómo puedes influir positivamente en las personas? Esta era y sigue siendo “la” pregunta a la que quiero encontrar respuesta. Y cuando más me adentro en las aguas de la influencia, más inmenso parece el océano de la influencia.
Una de las principales reflexiones con las que comencé fue la de los conceptos de autoridad formal y autoridad moral. Ambas influyen en las personas, pero solo la autoridad moral tiene un efecto duradero. Formalmente, puedes ser el gerente de una empresa, pero la gente no te seguirá auténticamente hasta que no te ganes la autoridad moral. Creo que uno de los autores que mejor aborda este asunto es Stephen R. Covey en su libro “El 8º hábito”. Sin embargo, esto de influir en las personas no es nada nuevo en absoluto. El filósofo griego Aristóteles ya abordó este tema cuando describió las tres formas principales de la retórica, la capacidad de ver los medios disponibles para la persuasión: pathos, ethos y logos.
No obstante, en la mayoría de los casos, no basta con la persuasión o influencia verbal. ¿Cómo vas a convencer a un delicuente de que no comenta un delito cuando se ha convertido en un experto en lo que hace? Bien, recientemente he estudiado el trabajo de distintos autores como Al Switzler, Kerry Patterson, David Maxfield, Ron McMillan and Joseph Grenny. Ellos son los co-autores de dos libros muy interesantes que recomiendo a toda aquella persona que desee saber un poquitín más sobre la influencia y el cambio: Influencia positiva (“Influencer”, en inglés) y “Change Anything” (en la fecha en que escribo este artículo, aún no hay versión en español). Descubrirás que este tema no es nada nuevo. Sin embargo, lo que sí encuentro interesante de su trabajo es el modo en que presentan su paradigma de influencia. La primera pregunta que tienes que hacerte es “¿Qué quiero lograr?”, entonces tendrás que clarificar resultados que sean medibles. Para hacer eso, necesitas responder a esta pregunta “¿Qué comportamientos me conducirán a los mayores cambios?”, así que tendrás que encontrar los comportamientos vitales. Ahora bien, “¿Cómo vas a motivar y activar el cambio?”, entonces tendrás que actuar en lo que los autores denominan “las seis fuentes de influencia”, a saber: motivación y capacidad personales, motivación y capacidad sociales y motivación y capacidad estructurales.
¿Has oído alguna vez hablar de Grath Japhet, quien influye positivamente en la salud de miles de personas en Sudáfrica? ¿Y qué me dices de la Dra. Mimi Sibert, quien cambia las vidas de miles de drogadictos y delincuentes en San Francisco, por medio de la Fundación Delancey Street? O, por ejemplo, ¿conoces la labor de Sunitha Krishnan en la India para ayudar a salir de la prostitución a las mujeres dándoles a sus hijos una educación y oportunidades profesionales así como luchando contra el SIDA?
En mi opinión, para influir positivamente en los demás, tienes que deshacerte de tu ego y engreimiento. El dinero es importante, pero no necesitas mucho dinero para influir positivamente o convertirte en un agente del cambio. Echa un vistazo a este vídeo dirigido y producido por Sharon Wright, ”Cambio por un dólar”.
Recientemente me ocurrió algo que elevó mi consciencia sobre lo que puedo llegar a influir en los demás. Estaba en un evento con jóvenes emprendedores y uno de ellos, quien había estado en una de mis charlas hacía más de un año atrás, me dijo algo así como: “Iría a cualquier parte del mundo contigo, simplemente dime adónde y allí vamos”. Al principio, me sentí “importante” y me dije a mí mismo “¡Vaya si influyes a las personas aunque ni siquiera lo sepas!”. Pero más tarde, eso me preocupó un poco, porque reflexioné sobre la gran responsabilidad que recaía sobre mí.
Por eso me encanta hacer coaching: para elevar la consciencia y la responsabilidad que las personas tienen de sí mismas. Y para empezar a influir, no necesitas influir a cientos, miles o millones de personas. Simplemente comienza por las personas que te rodean, contigo mismo, con tu familia, tus amigos, tus vecinos, tus compañeros de colegio, tus compañeros de trabajo… ¿Cómo puedes motivar y activar el cambio?
Ayer, viernes 10 de febrero de 2012, tuvimos las 13ªCoachtulia (coaching + tertulia) abierto a todo el público en el Ateneo de Madrid. En esta ocasión el tema fue el “coaching para el empleo”. Los ponentes fueron Carla Franco y Faustino Sánchez.
Ayer fue el cumpleaños de Faustino quien decidió que en lugar de recibir un regalo, sería él quien regalase su libro “El secreto de tu éxito eres Tú mismo” a los asistentes a esta coachtulia. No obstante, un día más tarde, aprovecho para felicitarle por su cumpleaños y generosidad:
La próxima coachtulia será el día 9 de marzo en el Ateneo de Madrid y llevará por título “Coaching en la empresa: ser o hacer, esa es la cuestión”.
Adaptación al español del original inglés por Michael Thallium. Si deseas leer el original en inglés, visita: Two Opinions on Uncovering our Greatness. “Moving up from good to great” (Ascender de lo bueno a lo grande) es una columna mensual sobre cómo llegar a ser un gran ser humano y ofrece dos opiniones sobre el tema desde occidente (Michael Thallium en España) y oriente (Amit Nagpal en la India).
Dr Amit Nagpal es un consultor de marca personal y coach para el éxito. Reside en Nueva Delhi, India, y está especializado en marca personal con un toque holístico. Su filosofía es “hazte cargo de tu vida y de tu marca”.
La humildad es una lección que la vida me ha enseñado por medio del tratamiento de choque. Hace casi un año, cuando mi director de universidad, quien apreciaba mi humildad, me pidió que diera un discurso de despedida, eso me trajo a la memoria mis días de infancia.
Así que comencé mi discurso diciendo: “Como dice el famoso refrán “no hay santo sin pasado ni pecador sin futuro”. De ninguna de las maneras he reivindicado que yo sea ningún santo, pero sí que he procurado hacer lo mejor para ser humilde. Aunque en la vida me he esforzado por mi crecimiento personal (antes que mejorar a otros), la vida tuvo que darme una dura lección para hacerme humilde.”
Seguí con la historia de mi infancia. Decidí ser brutalmente sincero con mis propias lecciones y fracasos. Proseguí diciendo: “Siempre fui el primero de la clase por lo que se refiere a las notas. Aparte de lo académico, tenía unas enormes destrezas en distintos campos, desde debatir, escribir discursos para las elecciones, actuar en comedias satíricas, hacer poemas, moderar, etc. Logré demasiadas cosas de forma demasiado rápida, lo cual me enorgullecía. A la edad de 12 años, vi cómo mi nombre aparecía como “Balvaki” (niño poeta) en destacados periódicos en el idioma hindi. Llegué a ser el líder indiscutible al llegar a la secundaria. Fue un periodo dorado en mi vida por lo que se refiere a los logros, pero estaba vacío emocional y espiritualmente. Al ser un niño, ni siquiera me daba cuenta de que me estaba volviendo cada vez más arrogante.”
También era muy científico en mi pensamiento, tenía un laboratorio de química justo en mi casa y rechazaba a Dios por no ser científico.
Hay un famosas palabras:
“Por regla general, el hombre es tonto, cuando debería hacer calor, él lo hace frío. Cuando debería hacer fresco, él lo hace caliente, siempre haciendo lo que no debería.”
Antes bien, yo creía:
“Por regla general, Dios es tonto, cuando debería hacer calor, Él lo hace frío. Cuando debería hacer fresco, Él lo hace caliente, siempre haciendo lo que no debería.”
Hace poco escribí en Facebook: “La vida es una maestra y nos enseña por medio de amargas experiencias cuando nos negamos a aprender por nosotros mismos. Sigue aprendiendo, sigue evolucionando. Alguien dijo con razón que si aprendes las lecciones, no tendrás que pasar por las experiencias.”
Como yo no había aprendido la lección de ninguna forma, tuve que pasar por las experiencias que me obligaron a ir en busca del alma. Según iba recibiendo revés tras revés, pase de ser un poco narcisista a encontrarme en un estado de baja autoestima. Las tribulaciones parecían no acabar nunca y decidí rendirme a la voluntad de Dios. Cuanto mayor es el orgullo, mayor es la caída. Tan pronto como comencé a cambiarme a mí mismo, mi vida comenzó a transformarse de manera sorprendente.
La humildad nos engrandece. Entonces, ¿estoy reivindicando ser grande? Bien, todos somos grandes ya, tan solo tenemos que sacar esa grandeza fluyendo con el universo. Deja que tu voz, tu lenguaje corporal, tus escritos y cada célula de tu cuerpo se llene de humildad. Llena la mente de positividad; de gratitud, el corazón y de fe, el alma. Y prepárate para que el Universo te sorprenda, bendiga y te conmocione agradablemente.
Michael Thallium es un coach mundial para la grandeza con sede en España. Michael ha pasado muchos años de su vida viajando por muchos países y continentes, navegando los mares, surcando los cielos alrededor del mundo. Desde 2008 está dedicado a sus pasiones: coaching, idiomas, comunicación y música.
Hace un par de semanas, cuando Amit Nagpal sugirió que escribiéramos un articulo sobre la humildad, pensé que era un buen tema sobre el que escribir. Sin embargo, empecé a pensar en qué podía escribir yo sobre la humildad que no se hubiera escrito ya. ¡Y me bloqueé! La fecha de entrega de este artículo se acercaba cada vez más y yo no había comenzado a escribir nada.
Entonces, me ocurrieron tres cosas que me sirvieron para decidirme y, finalmente, escribir el artículo. La primera fue la historia de la que supe ayer. ¿Has oído alguna vez hablar de Carly Fleischmann? ¿No? Pues yo, tampoco… hasta ayer. Estaba yo echando un vistazo al muro de una de mis amigas de Suiza en Facebook, Christina Weidmann, y vi un enlace a un vídeo (en inglés) muy interesante titulado Autistic girl expresses unimaginable intelligence (Una niña autista expresa una inteligencia inimaginable). Seguidamente comencé a investigar por la red para averiguar sobre esa niña. Carly es una niña autista que no es capaz de hablar pero, sorprendentemente, todo cambió cuando al cumplir once años le enseñaron un ordenador. Entonces, Carly comenzó a escribir mensajes y, finalmente, encontró su “voz”. Como Carly escribe en su blog, el cual te recomiendo http://carlysvoice.com: Don’t give up! Your inner voice will find its way out, mine did (“No te rindas! Tu voz interior encontrará su camino, la mía lo hizo”). Y lo que aprendí de ella acerca de la humildad es que realmente tienes que tomarte tiempo para conocer a las personas antes de formarte una opinión sobre ellas y adelantar conclusiones.
La segunda cosa que me ocurrió fue una conversación que mantuve con mi querida amiga Jeanie Flowers. Cuando le dije que tenía que escribir un artículo sobre la humildad, Jeanie respondió: Ese es un tema interesante, la humildad. Creo que para muchas personas no es algo que les venga de forma natural. Cuando somos jóvenes, nos creemos que lo sabemos todo, que tenemos que ser “los mejores” en todo o, por lo menos, en algo. Para muchas personas es difícil ponerse de acuerdo con la realidad de que un montón de personas van a ser, cuando menos, tan buenas como tú en cualquiera de las cosas que hagas, y para algunos de nosotros no es hasta más tarde en la vida que nos damos cuenta de ello. Eso está bien. No se trata de una competición, pero algunas personas quieren que su vida sea de esa manera. Ser la madre de Rachel (Rachel Flowers es ciega) me ha enseñado humildad. Para entender sus palabras, debería añadir que Jeanie Flowers dejó su carrera musical (es etnomusicóloga, guitarrista, cantante y compositora) y tiene un empleo a tiempo completo para alimentar y cuidar de sus dos hijos ella sola.
La tercera cosa que me ocurrió fue bien sencilla: se me acababa el plazo y tenía que terminar este artículo. No había excusas.
Algunos diccionarios definen la “humildad” como la cualidad de ser modesto y respetuoso. Esto es algo que jamás podemos olvidar. Yo, como coach apasionado por la grandeza de las personas, hago coaching a personas y no veo otro modo de hacerlo que ejercitando la humildad. Tienes que tomarte tiempo para conocer a tus clientes antes de “juzgarles”. Precisamente, eso es lo que como coach tienes que evitar: juzgar. Tienes que dejar tu agenda para adaptarte a la agenda de tus clientes. Y, por supuesto, en coaching los plazos son también muy importante para la consecución de las metas.
Recientemente he estado escuchando un “libraudio” (como yo llamo en español al audiobook) muy interesante de Jim Collins que se titula Good to Great (en español se puede encontrar el libro De buena a grandiosa, aunque en la fecha en que este artículo se publica, no hay más “libraudio” que el original en inglés). Jim Collins habla del “Liderazgo de Nivel 5” En su investigación durante cinco años, de 500 empresas de la lista Forbes, solo 11 dieron el gran salto de buenas a grandiosas. Y todas estas 11 empresas tenían algo en común: “líderes de nivel 5”, que se caracterizan por su “humildad” en comparación con algunos de los actuales “gurús” empresariales. Un líder de nivel 5 es humilde, pero no te equivoques: la humildad no significa “debilidad”. Al contrario, los líderes de nivel 5 están resueltos a hacer cualquier cosa que necesiten para lograr sus objetivos basándose en la sostenibilidad de las empresas y el servicio a los demás.
Así que la humildad nos ayuda a dar el salto de buenos a grandiosos, nos ayuda a comprender a los demás, como escribía Carly, tomándote tiempo para conocerlos antes que juzgarlos, y la humildad nos ayuda a darnos y a hacer cosas por los demás como Jeanie hizo por sus dos hijos.
Estas fueron mis humildes palabras sobre la humildad. ¡Se acabó el plazo!
Piano Phase es una obra del compositor minimalista Steve Reich. Originalmente, fue escrita para dos pianistas o un pianista y cinta, pero más tarde fue interpretada por un músico con dos pianos. La técnica de ajuste de fase se da cuando una persona toca un patrón que se repite mientras otra lo toca cada vez más rápido. Al principio suena como si no tocasen juntas, pero luego tocan juntas solo que en distintos tiempos. Esta obra tiene tres fases diferentes: doce notas, ocho notas diferentes y cuatro notas.
Reich descubrió por primera vez el ajuste de fase con bucles grabados en cinta tales como It’s Gonna Rain y Come Out. Al principio, pensó que un músico no podría variar el tiempo mientras el otro siguiera constante, pero descubrió que era posible.
Cuando me enteré de que esta obra había sido interpretada por un músico con dos pianos, pensé que eso era imposible. Toqué esta pieza al Yamaha M06 con un controlador de 88 teclas y con el propio teclado. Con la mano izquierda hice el piano fijo al controlador transpuesto tres octavas más áltas, de forma que se percibiera más separado del otro teclado. Con la mano derecha hice el piano de ajuste de fase al Yamaha. La interpreté un poco más rápido de lo habitual, pero esta fue la primera vez que, de hecho, toqué todas las notas correctamente.
Me concentré más en la mano izquierda de forma que supiera qué nota de la mano derecha iría en cada fase (no de inmediato, sino casi hasta que se acompasaran). Durante el ajuste de fase, sí que toqué más rápidamente a veces, pero creo que hice un buen trabajo.
Cuando se trata del patrón de cuatro notas, hacia el final de la obra, suelo pensar en bucles de cinta de forma que pueda escuchar los cambios graduales sin adelantarme.
Este fue uno de los últimos videos que Michael grabó antes de regresar a España. Volví a tocar la pieza más tarde, pero no me quedé satisfecha. Realmente me gustó la primera vez porque sentí menos presión. Gracias Michael por hacer este video. Lo disfruté.