Categorías



La mediación emocional

00 MT parque 1Soy un psicópata. Tú también lo eres. Y tu vecino, esa persona con la que te cruzas alguna vez, también. Parece ser que entre el 1 y el 2 % de la población mundial es psicópata. Sí, ya sé: tú no estás entre ese 2% de la población. Tú perteneces al 98% restante. ¡Toma y yo! Pero no te engañes, eres un psicópata. Al menos desde el punto de vista de la inteligencia emocional, todos nos comportamos como psicópatas en algún momento de nuestra vida. Psicópata: que no tiene empatía, sin conciencia. Robert Hare lo explica muy bien en su libro Sin conciencia: el inquietante mundo de los psicópatas que nos rodean. Eso no implica que todos los psicópatas sean asesinos ni criminales.

Hace poco, asistí a un curso sobre inteligencia emocional que impartía Carmen Cayuela (Coach PCC por la ICF, economista y especialista en inteligencia emocional y superdotación) y ella lo explicaba muy bien. Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, todos somos psicópatas, pues en algún momento mostramos falta de empatía. La empatía se tiene o no se tiene. Y si no la tienes, no la podrás desarrollar: eres un piscópata clínico. Obviamente, hay grados de psicopatía. Según la escala PCL-R (Psychopathy Cheklist Revised), un psicópata clínico obtendría un mínimo de 30 sobre 40 puntos. La mayoría de nosotros obtendríamos entre 0 y 1 puntos. ¡Ufff, estamos entre el 98% de esa población mundial que solo es psicópata e hipócrita de forma transitoria!

Para quien aún no lo tenga claro, ser emocionalmente inteligente  no significa otra cosa que saber gestionar las emociones. Del mismo modo, una persona con un alto cociente intelectual sabe gestionar mejor la información que otra persona con menor cociente intelectual. No podemos controlar las emociones, pero sí que podemos manejarlas, gestionarlas. Para ello nos servimos de la razón, de la inteligencia mental o racional. El cerebro humano, según las últimas investigaciones en el campo de la neurociencia, se divide en tres cerebros: cerebro reptiliano (el más primitivo), cerebro emocional y cerebro racional. Cuando nuestros sentidos perciben algo, la información llega primero al cerebro reptiliano, luego al emocional y, por último, al racional. ¿Qué quiere decir esto? Muy sencillo: antes que racionales, por una diferencia de nanosegundos, somos emocionales. Curiosamente, la única forma de gestionar las emociones es mediante la razón. Eso es lo que nos hace emocionalmente inteligentes…y, en última instancia, socialmente inteligentes.

Hace unos meses, escribí en La armonía, Schönberg y el coaching que una buena adaptación al castellano de la palabra coach sería “mediador personal”. La mediación emocional sería el proceso de coaching. En realidad, un coach es eso: un mediador que se sirve de la pregunta para mediar entre el cliente, sus emociones y el objetivo al que quiere llegar. Sin embargo, hablar de emociones aún está mal visto en el mundo de la empresa y, seguramente, aún queden muchos años para que las empresas tomen conciencia de que hasta que las personas no resolvamos los asuntos que conciernen a nuestro cerebro emocional, no habrá verdadero rendimiento. Teniendo en cuenta que la toma de conciencia y la responsabilidad (habilidad para dar una respuesta) en la mediación emocional son esenciales, me pregunto: ¿cuál será el porcentaje de empresas sin conciencia, sin empatía, es decir, clínicamente psicópatas?

Michael Thallium
Reserva tu sesión de coaching

Viktor Frankl y la búsqueda de sentido

Me he permitido incluir este enlace a un video de 1972 en el que Viktor Frankl habla a jóvenes estudiantes sobre la búsqueda de sentido y las metas. Está en inglés y no he encontrado una versión subtitulada en español. Viktor Frankl habla con un marcado acento alemán. En esencia, lo que viene a decirnos es que hay que tratar a los demás no en función de lo que son, sino de lo que pueden llegar a ser.

La búsqueda de sentido

Michael Thallium

Nunca, nunca, nunca abandones

−¡Nunca, nunca, nunca abandones!− Después de pensarlo durante unos segundos, esas fueron las últimas palabras de Alexis Bonte, CEO de “eRepublik”, a la pregunta: ¿Qué consejo les darías a quienes quieren emprender? Había estado hablando durante más de una hora. De sus fracasos, de sus éxitos. Yo había estado escuchándolo con atención, porque también emprendo y obtengo esos resultados no esperados, esos que uno no desea y que le da vergüenza confesar por si alguien se mofa y consigue mermar el empeño y tenacidad que uno pone en lo que emprende.

Esto ocurrió en un evento madrileño que se llama Iniciador Madrid. Llegas tú. Te presentas brevemente, para que ejercites la mente sintética. Después, llega el ponente y habla de su experiencia como emprendedor. Comparte. Llega el turno de preguntas y, más tarde, ya fuera de la sala, llega la hora chatear: tomar chatos de vino y conversar. En honor a la verdad, en el caso que nos ocupa quizás convendría decir más cañear, porque de cañas de cerveza y buena plática se trataba. En definitiva, como dicen los argentinos, se trata de hacer sociales.

La perseverancia es esencial para emprender y lograr metas. Y de eso saben mucho quienes estudian música y ejercitan su talento para dominar un instrumento. Precisamente, antes de convertirme en un iniciado de Iniciador (es decir, acudir al evento), me encontré en el Metro de Madrid con una joven morena y veinteañera con quien mantuve una amable conversación durante los minutos que duró el trayecto. Estudiaba música y acudía a un ensayo con una orquesta. En sus manos tenía una partitura de Beethoven. Me explicó que tocaba el contrabajo, instrumento inusual y aparatoso. Enseguida hablamos de pasión, disciplina y perseverancia. Compartimos la opinión de que la profesión de músico está mucho más reconocida en otros países de la UE que en España. Cuando llegó el momento de despedirme, recuerdo que le dije que perseverara y disfrutara con su carrera musical. Una hora más tarde, Alexis Bonte nos diría a los emprendedores que lo escuchamos: Nunca, nunca, nunca abandones. Gracias.

Al final del cañeo de marras, caminé por las calles de Madrid y me metí en un restaurante a cenar. Como estaba solo, di conversación a una de las camareras. Entró una joven, rubia y veinteañera, cargada con un chelo a sus espaldas. Entablé una breve conversación y le hablé de que unas horas antes había conocido a una joven que tocaba el contrabajo. ¡Casualidades de la vida! Ambas tocaban en la misma orquesta. Pagué la cuenta y me marché. En las calles, los coches sonaban las bocinas. El Atlético de Madrid acababa de ganar la final de la Liga de Europa. ¡Perseverancia!

Caminé. Tomé el autobús y reflexioné sobre cuán importante es hacer sociales y ser tenaz cuando nadie reconoce tu esfuerzo por lograr un sueño: ser maestro del instrumento de la vida, de vivir emprendiendo.

(eRepublik es una empresa con sedes en España, Rumanía e Irlanda, que desarrolla un juego de estrategia social en Internet)

Michael Thallium

0 trucos para lograr el éxito

(for the English version, please click on the English flag, up to the right)

En Internet menudean artículos que rinden pleitesía al truco, al consejo y, principalmente, a los números 3, 5, 7, 10 y luego, en menor medida al 2, 4, 8 y 9. Este tipo de artículos llevan títulos de la guisa “3 trucos para acelerar Windows Vista”, “5 trucos para lucir un pelo liso”, “7 trucos para mejorar la configuración de GNOME con GConf”, “10 trucos increíblemente fáciles para convertir tu cerebro en una poderosa máquina de pensar” y así ad infinitum. Si al truco o consejo y al número le añadimos la palabra éxito, entonces comprobaremos que hay trucos numerados para todo lo que se quiera lograr con éxito.

¿Quién, sin embargo, se acuerda del número 0? De hecho, había pensado poner por título a este escrito “Oda al 0”, pero como parece que oda suena a griego, a poesía y filosofía –valores que cotizan muy a la baja actualmente−temí que nadie leyera nada encabezado con dicho título. Así que me subí al carro de las modas trucadas y numeradas para lograr el éxito.

Señoras y señores, niños y niñas, desengáñense, no hay ningún truco para tener éxito: 0 trucos. Sencillamente perseveren, utilicen el cerebro para crear y perseveren. Supongo que muy pocas personas nacen perseverantes, de ahí que tampoco sean demasiadas las personas exitosas. Sin embargo, la perseverancia se aprende, se ejercita igual que el cerebro. Así pues, si realmente alguien quiere lograr el éxito, ¿a qué espera? ¿A que le den 3, 5, 7 o 10 trucos para lograrlo? Lo dicho: 0 trucos.

Imaginen a un bebé, de esos que están aprendiendo a caminar –les recuerdo que todos hemos sido uno de ellos− que cuando se cae, en lugar de levantarse y volver a intentarlo, se queda en el suelo, sentado o tumbado, reflexionando sobre si alguna vez logrará caminar y si el mundo estará confabulado en contra de él y si no tendrá medios y si nadie lo querrá porque es feo, porque está calvo, porque le faltan los dientes, se mea y se caga encima, etc. Obviamente, dudo mucho que un bebé así jamás lograra ponerse en pie y caminar.

Afortunadamente, la mayoría de nosotros aprendemos a caminar. Aquí estamos, de pie, con dos piernas. Hemos sido exitosos en esa aventura. ¿Por qué? Porque tuvimos entusiasmo, curiosidad, queríamos movernos y hacer lo que veíamos que los demás hacían de forma natural.

¿Qué ocurre cuando vemos en derredor que muchas personas fracasan y además hay muchas otras que se encargan de recordártelo con insistencia (para eso sí que son perseverantes)? Sencillamente, hacemos lo que el bebé de marras: nos quedamos reflexionando sobre confabulaciones, complejos físicos, mentales o espirituales.

Les repito, no esperen trucos: 0 trucos. Si quieren lograr el éxito, triunfar, perseveren y creen. Para eso estamos muy bien equipados la mayoría de los seres humanos. Piensen y actúen. Actúen despiertamente, disfrutando y entusiasmándose con aquello que emprenden. Cero, ese es el número de segundos que han de esperar para crear y perseverar.

Michael Thallium

Dos encuentros de filosofía práctica y musicoterapia

(entrada libre hasta completar aforo)

DOS Encuentros de Filosofía Práctica y Musicoterapia

sobre María Zambrano

 Jueves 6 y viernes 7 de mayo

Intervienen

 José Luis Abellán, Universidad Complutense

Juan Fernando Ortega, Universidad de Málaga

Ran Lahav, Universidad de Haifa

Juana Sánchez-Gey, Universidad Autónoma

José Barrientos, Universidad de Sevilla

Ascensión Escamilla, Universidad Autónoma

Carlos Roldán, Universidad Rey Juan Carlos

 

Mónica Monasterio, Cantante

Horacio Lovecchio, Guitarra

Khalid Kaki, Laud

 

Adela Estévez, Nacho Diezma y Miguel Ramiro, Actores

Sofía Sánchez y Michael Thallium, Producción

Victoria Caro, Directora de los Encuentros de Filosofía Práctica y Musicoterapia

 

UNO – Recital Filosófico sobre la Palabra y el Secreto en María Zambrano

Jueves, 6 de mayo de 2010, 11:00 a.m.  Universidad Complutense,

Ciudad Universitaria, Facultad de Filosofía   Edificio “A”   Seminario  217

 

DOS – Recital Filosófico: Hacia un Saber sobre el Alma de María Zambrano

Viernes, 7 de mayo de 2010, 18:00, Biblioteca Regional de Madrid

Joaquín Leguina Salón de Actos  Calle Ramírez de Prado, 3

Vicepresidencia, Consejería de Cultura y Deporte y Portavocía del Gobierno. Comunidad de Madrid

 

Colaboran

Universidad Complutense, Universidad Rey Juan Carlos, Universidad de Alcalá de Henares,

Biblioteca Regional de Madrid, Nuestra Ágora, ASEPRAF, Penicilina Filosófica,

Plataforma en Defensa de la Filosofía, Fundación Fernando Rielo, Cátedra San Juan de la Cruz

 

Más información

www.nuestra-agora.com – Eventos  915 012 315  ó  680 600 092   victoria.caro@telefonica.net

Evitar la incertidumbre

(escrito por JESÚS IGLESIAS, colaborador, químico e inversor en bolsa)

Muchos artículos y noticias que aparecen en los medios de comunicación comienzan con algo parecido a esto: “En momentos de crisis e incertidumbre como los que estamos viviendo en este comienzo de 2010…” Yo opino que estaremos con más crisis y se tendrá más incertidumbre si nosotros mismos lo pensamos así, si nos lo repetimos mentalmente. Yo no estoy en crisis ni tengo ninguna incertidumbre, porque tengo muchos proyectos que desarrollar en los próximos años; unos los cumpliré más pronto y otros más tarde. Siempre tengo en mente ideas nuevas y esto me sirve para reaccionar y cambiar de camino si tengo que abandonar alguno de mis propósitos. Ser consciente de que las cosas no son fáciles ni se consiguen a la primera, te evitará sentir incertidumbre.

¿Qué quieres hacer? Ve pensando en esta pregunta durante los próximos meses, sin ninguna prisa, para definir de manera reflexiva tus metas. Hay muchas oportunidades ahí afuera, sólo tienes que mirar bien para identificarlas y, si no, créalas tú.

En el momento en que veas en tu mente esto claramente, se te abrirá un mundo nuevo. Olvidarás tu anterior forma de pensar y adquirirás seguridad y confianza para llevar a cabo tu nuevo objetivo. Conseguirás más autoconfianza e independencia, mayor liderazgo personal. Prepara tu plan y ponte en acción.

Esto les sucede a todos los estudiantes. No eres capaz de resolver los problemas hasta que… “¡Lo veo! ¡Lo veo!” En química orgánica o química del carbono se debe hacer un compuesto partiendo de otras moléculas más pequeñas con el mínimo número de procesos. Transcurren meses en los que no avanzas, pensando que jamás lograrás saber formular, hasta que un día sucede. Ves con alegría como eres capaz de conseguir la molécula que te piden en el ejercicio y estás deseando comenzar uno nuevo y luego otro y otro. Es la misma sensación que se tiene cuando aprendes a resolver sudokus.

Pero esto no se consigue sin esfuerzo, es necesario invertir tiempo y recursos propios para lograrlo. Por ello opino que “en estos momentos de crisis y de incertidumbre” no debemos dejarnos persuadir por los que nos ofrecen un puesto de trabajo mal remunerado argumentando que es mejor eso que nada.

Siempre nos estamos esforzando en conseguir cosas, hemos dedicado tiempo a formarnos, tenemos experiencia, damos valor añadido, volvemos a formarnos, etc. Cobra lo que mereces cobrar o al menos no te alejes de tu valor por “la crisis y la incertidumbre”. El conocimiento se tiene que pagar y se tiene que cobrar.

A la pregunta “¿Para dos días de trabajo, usted me pide doscientas libras?” James Abbot McNeil Whistler (pintor estadounidense, 1834-1903) respondió “No, las pido por la experiencia de toda la vida.”

Os deseo suerte en vuestra andadura.

Jesús Iglesias Valverde

El poder de servir

En anteriores escritos he mencionado a Keith Ferrazzi. No en vano él es un experto en el cultivo de las relaciones humanas. Ferrazzi viaja y se relaciona por todo el mundo: Londres, Bahrain, Amsterdam… Sus viajes le hacen reflexionar sobre las relaciones humanas y tomar conciencia de la importancia de servir a los demás. Comparto esa reflexión: servir a los demás te transforma.

A quienes no lo hayan leído aún, les recomiendo un libro escrito por Keith Ferrazzi y Tahl Raz, de lectura fácil y muy reveladora: Nunca comas solo. La vida se transforma si uno ve al otro como una oportunidad de ayudar y ser ayudado. El cultivo de relaciones auténticas le hace a uno mirarse al espejo y preguntarse si predica con el ejemplo. Naturalmente, no siempre se puede responder a esa pregunta con un sí rotundo. Sin embargo, ser consciente de ello puede ser el comienzo de un nuevo capítulo en la vida. Algo así le ocurrió a Keith Ferrazzi cuando hace algunos años comenzó con el proyecto Meals on Wheels (“comida sobre ruedas”, un servicio para repartir comidas a indigentes y personas necesitadas). Esa experiencia le transformó cada semana que se acercaba a las vidas de otras personas de una forma tan directa, poderosa y sencilla. Ferrazzi afirma que le sirvió más a él que a cualquiera de las personas a quienes repartió comida, hasta tal punto que, ahora, servir se ha convertido en algo contagioso. Cuando viaja, hace todos los esfuerzos posibles para vincularse a actos de servicio.

Hace algunos meses, participé en la jornada del Día solidario de OlaCoach visitando la Fundación Catalina Suarez, una residencia de ancianos sita en Madrid. Pasé unas horas inolvidables junto con Lupita Volio escuchando a unos ancianos y conociendo su mundo más de cerca. Aquella experiencia me hizo repetir por mi cuenta. Recomiendo participar en este tipo de eventos y colaborar en la medida de lo posible con organizaciones que hagan una labor solidaria. No obstante, cualquier labor social o solidaria comienza por uno mismo: no hace falta ser una gran empresa o institución, todos somos grandes. Transmitamos un poquito de esa grandeza a quienes, por diversas circunstancias, no lo ven o necesitan que alguien les dé un empujoncito para verlo. Todo comienza con una sonrisa. ¡Qué sencillo y poderoso! ¿A quién vas a sonreír hoy?

Michael Thallium

La intimidad en el trabajo es productiva

¿Hay alguien que se haya parado a pensar si la ciencia puede ayudarnos a enamorarnos? Mariette DiChristina, redactora jefe de la revista Scientific American Mind habla de ello en un artículo titulado How Science Can Help You Fall in Love?, basado en un estudio del psicólogo Robert Epstein. Di con este artículo al leer el interesante blog de Keith Ferrazzi.

En definitiva, parece ser que hay 10 nuevas tecnologías para intimar en el terreno amoroso. Sin embargo, bien podemos adaptarlas para intimar en cualquier tipo de relación no solo las románticas o de pareja.

Cuanto más profundo sea el grado de intimidad en una relación profesional, tanto más querrá esa persona ayudarte y tú ayudarla a ella. La reciprocidad profunda es una fuerza imparable que posiblemente transforme tu carrera profesional y en tu vida.

He aquí dos de las cinco “tecnologías” preferidas por Keith Ferrazzi para conseguir intimidad: 

1.    Excitación

Que nadie me malinterprete. No me refiero a nada que tenga que ver con la cama. Hay algunos estudios como, por ejemplo, el del psicólogo Arthur Aron, de la Universidad de Stony Brook,  que demuestran que las personas tendemos a crear lazos emocionales cuando nos excitamos, po ejemplo, mediante el ejercicio, la aventura o cuando afrontamos situaciones peligrosas. ¿Qué tal una vueltecita en una montaña rusa de esas que te cortan la respiración? ¿Por qué no ir al parque de atracciones más cercano y después compartir una comida o aperitivo? Es una magnífica forma de aumentar rápidamente la intimidad.

2.    Proximidad y familiaridad

Leon Festinger y Robert Zajonc, junto con otros investigadores de la Universidad de Stanford, concluyen que  con tan solo estar alrededor de alguien ya generamos emociones positivas. Últimamente “acecho” a mis objetivos – en sentido positivo – acudiendo a diferentes foros, tertulias y conferencias para estar presente y hablar con ellos antes de que salgan a la palestra. Si no puedes estar físicamente con las personas, entonces te recomiendo que utilices las redes sociales para ponerte entablar contacto y “comprometerte”.

3.      Humor

Cualquier vendedor experimentado te hablará del poder del humor en las ventas. El humor hace sentir a gusto a las personas y así dejan de estar a la defensiva. El mero hecho de sonreír mejora el estado de ánimo y la disposición. Sin embargo, el humor puede también ser un tanto arriesgado si cruzas la línea y ofendes a alguien. Hay que evaluar la tolerancia de la otra persona y ajustar el humor según corresponda. ¡Ahora ve y sonríe a alguien!

4.      Novedad

El psicólogo Greg Strong de la Universidad del Estado de Florida, Arthur Aron y otros han demostrado que las personas tendemos a acercarnos a otras cuando hacemos algo nuevo. La novedad agudiza los sentidos y, asimismo, hace que las personas se sientan vulnerables. Sacar a alguien de su entorno habitual es una forma de acelerar la intimidad durante las reuniones. Incluso cuando solo se trata de ir a por un café, invita a la otra persona. Haz algo que se salga de lo normal con otra persona.

5.      Revelación

Las investigaciones de Aron, Sprecher y otros parecen indicar que las personas tendemos a estrechar lazos cuando compartimos secretos con los demás. Una vez más, la clave aquí está en hacerse vulnerable a los demás. En lugar de alardear de los logros, podemos debatir cómo hemos superado los problemas. Eso hace que los demás vean que también eres humano, que no eres infalible y, así, dejan de estar a la defensiva.

Adelante, intima en el trabajo. Creo que te resultará productivo. ¡Ojo: que la intimidad no se convierta en intimidación!

¿Qué tecnologías has empleado en el pasado para crear intimidad? DEJA TU COMENTARIO

Michael Thallium

Qué es mejor para el desarrollo profesional, ¿cócteles o clases de magia?

Cuando uno tiene una meta ambiciosa  – a saber, reorientar su profesión o empezar un negocio desde casa –, es posible que necesite crear un nuevo círculo de relaciones y, además, hacerlo rápidamente.

¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? Quizás la opción más común y útil sea la de hacer o participar en un cóctel con varios invitados. Sin embargo, cuando se trata de crear fuertes lazos que transformen a esos conocidos o colegas de profesión en verdaderos amigos, parece ser que resulta mucho más eficaz compartir experiencias novedosas con los nuevos contactos .

Según Brian Uzzi, experto en redes sociales y profesor de la Kellogg School of Management, las mejores formas de relacionarse son: evocar una pasión compartida entre los participantes, buscar la interdependencia y tener algún interés en común. Keith Ferrazzi también habla de ello en sus consejos para relacionarse más eficazmente y con autenticidad.

Así pues, para conseguir relacionarse rápidamente, viene muy bien tener en cuenta la organización de acividades deportivas en equipo, actividades de voluntariado como, por ejemplo, limpieza de parques o despacho de comida a indigentes o visitas a residencias de ancianos… en definitiva, cualquier actividad novedosa que inspire a los participantes.

¿Que tienes una afición o habilidad para la magia? Transforma entonces las habilidad en una competencia profesional. ¿Qué escribes bien? ¿Por qué no utilizar esa habilidad para anunciarte y ayudar a confeccionar currículos cobrando? ¿Por qué no dar clases de magia? En caso de que uno no sepa instruir a los participantes, siempre puede traerse a otra persona que sí sepa impartir un curso de magia, por ejemplo.

Claro que esto conlleva mucho más trabajo que preparar un cóctel, pero es un esfuerzo que tendrá su recompensa en los años venideros.
 
¿Has sido alguna vez anfitrión de algún acontecimiento que realmente ayude a las personas a estrechar lazos? Alardea de ello en los comentarios… ¡deja el tuyo!

Michael Thallium

El desencanto

Mi cerebro te veMi psicólogo me dijo que por mí ya no podía hacer nada. Lo había intentado todo, pero no le quedaba más remedio que reconocer que la cura del mal que me afectaba estaba lejos de su alcance. Mi enfermedad no era, según él, de carácter psicológico. Al parecer yo padecía una especie de locura cuyo tratamiento solo podía ser prescrito por un experimentado psiquiatra. Así pues, me recomendó uno que me ha salvado la vida. Todo gracias a unas pastillas mágicas. Siempre le estaré agradecido.

Recuerdo que cuando le dije que yo estaba desencantado y que me parecía que las personas vivían en la apariencia y que no eran en absoluto coherentes con ellas mismas, mi psiquiatra se rascó la barbilla. Se quedó pensativo, observándome. Le expliqué que, cuando caminaba por la calle, veía gente muy gris, infeliz, triste, cansada… falsa. Entonces, él decidió dar el primer e importante paso para tratar mi locura. Me prescribió unas pastillas en una dosis baja. Me explicó que era un medicamento muy potente del cual no convenía abusar: el remedio podía ser peor que la enfermedad.

Estuve tomando las pastillas durante dos semanas y, a los catorce días de tratamiento, volví a visitar a mi psiquiatra. Me preguntó qué tal me encontraba. Yo le dije que muy bien. Le comenté que para ir a su consulta, había tomado el Metro. Ahora son unos trenes diáfanos en los que, si te pones en el primer vagón, puedes divisar todo el convoy de cabo a rabo. Desde el vagón de la cabecera, eché un vistazo y lo único que vi fueron personas grises, tristes, serias, algunas adormiladas, unas pocas que leían algún libro sin entusiasmo. Nadie hablaba. El silencio solo lo rompían las ruedas de acero del tren al rodar sobre los raíles de hierro. Era como si ninguna de aquellas personas se viera. Eran extraños. Tuve un arrebato y me puse en medio del vagón para pedir una sonrisa por caridad. Comprobé con estupor que la gente pasaba de mí igual que pasan de los pedigüeños o de los músicos que tocan el acordeón por unas monedillas. Le expliqué a mi psiquiatra que yo no quería dinero, sino tan solo verles sonreír y disfrutar del viaje. Me puse a hacer el payaso para alegrarles la vida. También le narré a mi psiquiatra la sensación de frustración que tuve a medida que iba avanzando por los vagones pidiendo una sonrisa y comprobando que la gente agachaba la cabeza, miraba para otro lado sin hacer caso de mi filantrópico ruego.

Mi psiquiatra se temió lo peor. Me dijo que no le quedaría más remedio que aumentar la dosis de la medicación. Mi enfermedad se agravaba y no podíamos perder tiempo si yo quería recuperar una vida normal.

Estuve otras dos semanas tomando la nueva dosis tras las cuales regresé a la consulta de mi salvador. Me preguntó que cómo me encontraba. Yo le respondí que muy bien. Entonces le hablé de lo anodinas que eran las personas al aceptar un mercado laboral insulso e injusto. Los anuncios de trabajo que aparecían en la prensa me resultaban tan engañosos como las propias noticias. Eran periódicos de mentira, con noticias de mentira y falsos reclamos laborales de personas con iniciativa, flexibles, con movilidad geográfica, con experiencia de 4 años, con coche propio y que estuviesen dispuestos a trabajar por 600 € mensuales.

Mi psiquiatra abrió los ojos como platos y me dijo que debíamos actuar con urgencia. No le quedaba más remedio que ingresarme en un manicomio para tratarme mejor. Allí me encerré voluntariamente, porque quería curarme. La dosis se aumentó considerablemente y pasaron los meses. Finalmente, aquellas dosis aumentadas de normalina y administradas con el profesional seguimiento de mi buen psiquiatra dieron sus frutos y yo me curé. Salí del manicomio. Me dieron el alta y yo me integré definitivamente en la sociedad. Ahora soy muy feliz. Viajo en Metro. No hablo. Leo algún libro sin entusiasmo de vez en cuando. A veces duermo. Agacho la cabeza cuando pasa algún músico pedigüeño. Me he comprado un piso de 70 metros cuadrados en un pueblo de las afueras de Madrid por 210.000 € a pagar en 40 años. La hipoteca está a nombre de mis padres, porque mi contrato no es fijo. Tengo un coche para los fines de semana que pago a plazos durante siete años y tengo un mes de vacaciones al año. En mi país no hay guerras. Todos vivimos muy bien. Estoy encantado. Que se jodan los inadaptados. Viva la normalina y el psiquiatra que me ha devuelto la vida.

Michael Thallium

Global & Greatness Coach
Reserva tu proceso de coaching aquí

También puedes encontrarme y conectar conmigo en:

Facebook Michael Thallium y Twitter Michael Thallium